𝕷𝖆 𝖋𝖊𝖑𝖎𝖈𝖎𝖉𝖆𝖉 𝖊𝖘 𝖚𝖓𝖆 𝖉𝖎𝖗𝖊𝖈𝖈𝖎𝖔𝖓, 𝖓𝖔 𝖚𝖓 𝖑𝖚𝖌𝖆𝖗
𝕾𝖞𝖉𝖓𝖊𝖞 𝕾. 𝕳𝖆𝖗𝖗𝖎𝖘🅟🅞🅥 🅐🅖🅐🅣🅐
Estaba lloviendo cuando el avión aterrizó en Port Angeles. La lluvia y el clima frío siempre me gustaron,
Charlie nos esperaba en el coche patrulla, lo cual no me extrañó. Para las buenas gentes
de Forks, Charlie es el jefe de policía Swan.La principal razón de bella para comprarse un coche, pero para mi era guay poder ir con un poli .
Charlie abrazo torpemente con un solo brazo a bella cuando bajabamos ella tromesando y yo saltando la
escalerilla del avión.—Me alegro de verte, Bella —dijo con una sonrisa al mismo tiempo que la sostenía firmemente—. Apenas has cambiado. ¿Cómo está Renée?
—Mamá está bien. Yo también me alegro de verte, papá - dijo ella
Traia pocas maletas, comparando las mías esto iba a ser un problema .
- hola, señor swan, es un placer conocerle - dije estirando mi mano hacia el
- hola tu debes de ser. Ágata es un placer conocerte- dijo aceptando mi mano.Creo que el va a ser un segundo padre para mi.
Las maletas de bella junto a 2 mías cabieron en el maletero de la patrulla.
Lo que no cabía , lo puse en el costado del aciento trasero .—He localizado un coche perfecto para ti, y muy barato —anunció una vez que nos abrochamos los cinturones de seguridad.
Yo me senté atrás de bella con unos hilos en la mano tratando de hacer pulseras de hilos con las iniciales de algún nombre. Escuche un poco de lo que hablaban.—Bueno, es un monovolumen, un Chevy para ser exactos.
— ¿Dónde lo encontraste?
— ¿Te acuerdas de Billy Black, el que vivía en La Push?- dijo mirando la de re ojo
—No- dijo mirandome , por el retrovisor solo le sonreí.
—Solía venir de pesca con nosotros durante el verano - le explicó.
Ví como bella hacia una cara rara.—Ahora está en una silla de ruedas —continuó Charlie cuando no respondió—, por lo que no puede conducir y me propuso venderme su camión por una ganga.
— ¿De qué año es?
Por la forma en que le cambió la cara, supe que era la pregunta que no deseaba oír. Pobre Charlie, se ve que se está esforzándose para convivir.—Bueno, Billy ha realizado muchos arreglos en el motor. En realidad, tampoco tiene tantos años.
Mire como hablaban como una partida de ping-pong, mientras hacia una C amarilla en la pulsera color azul.
— ¿Cuándo lo compró?
—En 1984... Creo.
— ¿Y era nuevo entonces?
—En realidad, no. Creo que era nuevo a principios de los sesenta, o a lo mejor a finales
de los cincuenta —confesó con timidez.— ¡Papá, por favor! ¡No sé nada de coches! No podría arreglarlo si se estropeara y no
me puedo permitir pagar un taller.—Nada de eso, Bella, el trasto funciona a las mil maravillas. Hoy en día no los fabrican tan buenos.
— ¿Y qué entiendes por barato?
Después de todo, parecía que no quería ceder—Bueno, cariño, ya te lo he comprado como regalo de bienvenida.
Charlie le miró de reojo con rostro expectante.
Vaya. Gratis.
—No tenías que hacerlo, papá. Iba a comprarme un coche.—No me importa. Quiero que te encuentres a gusto aquí.
Charlie mantenía la vista fija en la carretera mientras hablaba. Ok, que silencio de lo más incómodo.
- mira bella las nubes - dije apuntando a una que parecía, un conejo.
Así fuimos la mitad del viaje.
El paisaje era hermoso, por supuesto, no podía negarlo. Todo era de color verde: los
árboles, los troncos cubiertos de musgo, el dosel de ramas que colgaba de los mismos, el suelo cubierto de helechos. Incluso el aire que se filtraba entre las hojas tenía un matiz de
verdor.
Era demasiado verde, un planeta alienígena.
Finalmente llegamos al hogar de Charlie. Vivía en una casa pequeña de dos dormitorios
que compró con mi madre durante los primeros días de su matrimonio. Ésos fueron los únicos
días de su matrimonio, los primeros. Allí, aparcado en la calle delante de una casa que nunca
cambiaba, estaba mi nuevo monovolumen, bueno, nuevo para mí. El vehículo era de un rojo
desvaído, con guardabarros grandes y redondos y una cabina de aspecto bulboso.
Además, era uno de esos modelos de hierro sólido que jamás sufren daños, la clase de coches
que ves en un accidente de tráfico con la pintura intacta y rodeado de los trozos del coche
extranjero que acaba de destrozar.
— ¡Caramba, papá! ¡Me encanta! ¡Gracias!
Ahora, el día de mañana parecía bastante menos terrorífico. No me vería en la tesitura
de elegir entre andar tres kilómetros bajo la lluvia hasta el instituto o dejar que el jefe de policía me llevara en el coche patrulla la 2 opción me parecía tentadora .
—Me alegra que te guste —dijo Charlie con voz áspera, nuevamente avergonzado.
Subimos todas nuestras cosas hasta el primer piso requirió un solo viaje escaleras arriba. Bella Tenía
el dormitorio de la cara oeste, el que daba al patio delantero. Conocía bien la habitación; había
sido sulla desde que nacío. El suelo de madera, las paredes pintadas de azul claro, el techo a dos aguas, las cortinas de encaje ya amarillentas flanqueando las ventanas... Todo aquello
formaba parte de su infancia. Los únicos cambios que había introducido Charlie se limitaron
a sustituir la cuna por una cama y añadir un escritorio cuando crecío, Encima de éste había
ahora un ordenador de segunda mano con el cable del módem grapado al suelo hasta la toma
de teléfono más próxima. Su madre lo había estipulado de ese modo para que estuviéramos en
contacto con facilidad. La mecedora que tenía desde niña aún seguía en el rincón.
Sólo había un pequeño cuarto de baño en lo alto de las escaleras que deberíamos compartir con Charlie.
- Ágata, ven te mostraré tu cuarto- dijo estirando una parte del techo para que callera unas escaleras de pino, las cuales subimos . Papá, sabía que tendía a caerme de la cama, si la misma era de soltera, por eso siempre compraba matrimoniales, tenía algunas pinturas o trofeos míos ai, como medallas.-Gracias - le dije arrojandome sobre el .
- no ai de que tu padre me había dicho algunas cosas así que, solo seguir algunas istruciones- dijo rescandose la cabeza.
- pero las seguste y pusiste detalles que ellos note dijeron - le sonreí.