2. Intentando aguantar la tentación

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~Narra Rubius~

Alexby me quiere robar al alfa, lo he notado desde que ha entrado, y no lo voy a permitir, este es mi nido y nadie me sacará de aquí. Vegetta... se ha apartado de mí, no soy suficiente para él, al fin y al cabo no soy un omega normal. Los pensamientos se acumulaban en mi mente, todos a mucha velocidad, sabía que la mitad de lo que pensaba no era racional, por culpa del celo. Mi pregunta ahora era... ¿Cuánto me duraría esta vez?

Vi entrar a Vegetta acompañado de Alexby, los dos tenían la cara pálida, habían follado seguro, que asco.

- ¿Como te encuentras chiqui?- me dijo el ojimorado sentándose al borde de mi cama, porque ahora era mía.

- Seguro que no tan bien como tú. - Dije gruñendo.

- Rubius tan solo hemos estado hablando sobre tu celo, ahora me voy y te quedas con Vegetta. Pero Vegetta ya te digo que iré enviando a gente para controlar que el asunto no se te vaya de las manos. - Dijo Alexby retirándose, había ganado.

- Así que nos hemos quedado solos de nuevo... - Dije acercándome a al alfa.

- Rubius si no estuvieras en celo no dirías estas cosas, no quiero arruinar nuestra amistad. - Dijo mirándome a los ojos y alborotándome el pelo.

- Vege tu no lo entiendes, estar en celo es como estar borracho, te resulta más fácil hacer lo que normalmente te da verguenza, dejas ver tus deseos más ocultos, todo eso con una dosis de excitación. - Dije tirándome encima suyo y abrazándole.

- Eres el tontito más dulce y adorable que conozco. - Dijo rodeándome con sus brazos para llevarme de nuevo a mi sitio de la cama.

Solté un gruñido a la vez que lo miraba desafiante y soltaba fermonas.

- Doblas no hagas eso! Soltar fermonas es jugar sucio, sabes perfectamente lo que provocan a los alfas. - Dijo alejándose.

- Lo siento Vegettita no tenía nidea de verdad. - Dije poniendo la cara más adorable que pude e indicándole que se sentara a mi lado.

- Que voy a hacer contigo osito... - Dijo riéndose y despeinándome cariñosamente, que manía tiene con eso pordios. La cuestión es que mi plan estaba funcionando.

- Se me ocurren unas cuantas cosas... - Dije acariciándole la mejilla.

-  ¿Tu no te rindes nunca? - Dijo acostándose a mi lado y acariciándome la mejilla.

- No cuando se trata de ti. - Nos encontrábamos tan cerca que nuestras narices se tocaban, rápidamente eliminé el espacio que quedaba, lo besé intentando transmitir todos los sentimientos que tenía en un solo besó, deseo sexual, pero también...

Me estaba correspondiendo el beso, incluso diría que con la misma intensidad que yo, hasta que de repente se apartó y se alejó.

- Lo siento, ha sido culpa mía, iré a prepararte algo de comer. - Dijo con una mirada triste, salió rápidamente de la habitación.

~Narra vegetta~

No había pasado ni media hora desde que Alexby se había ido y ya me había descontrolado de nuevo. Aunque se ha de decir que el ojiverde no lo pone fácil. 

Pero ese no era ahora mi mayor problema. Sinceramente no quería sufrir más por amor, ya me resultaba difícil verlo casi cada día en las salidas que hacíamos, pero ahora lo tenía en mi puta cama. No podía soportar que mis sentimientos hacía él se intensificaran.

Cuanto más subas más dura será la caída.

Porque todo lo que dice ahora es por culpa del celo, no lo piensa de verdad.

Le había preparado sopa, de pequeño mi madre me hacía sopa cuando me sentía enfermo así que supuse que le iría bien. Y intentando relajarme me dirigí hacía el lugar donde sabía que mi corazón podía ser brutalmente herido.

Entré y me encontré a Rubius hecho un ovillo entre las sabanas, ser tan adorable tenía que ser ilegalisimo. 

- Hola chiqui. - Le dije sentándome en el extremo de la cama, me miró con ojos tristes.

- Has vuelto. - Dijo con un hilo de voz.

- Claro tontito, te he traído sopa. - Respondí dejando el tazón en la mesita de noche. 

- Por que me rehuyes. - Dijo mirándome expectante.

- Rubius yo no te rehuyo, solo hago lo que creo que es correcto, no aprovecharme de la situación. - Le dije intentando sonreír.

- Tenemos visiones distintas sobre lo que es correcto o no. - Dijo con una tímida sonrisa.

- Deberías tratar de dormir un poco. - Le dije, mi lobo se estaba agitando demasiado.

- Es por la mañana vege. - Dijo riendo. 

- Si pero esta noche no has dormido nada osito. - Dije intentando convencerlo.

- Tengo un poco de hambre, me acercas la sopa por favor. - Me dijo haciéndo un puchero.

- Claro, aquí tienes, cuidado que esta muy caliente. - Le acerqué el tazón con cuidado.

- Ya somos dos. - Dijo el omega con una sonrisa traviesa. 

- Pensaba que ya estabas más relajadito pero veo que no. - Dije con una risa nerviosa, este hombre no va a parar de tentarme...

Por suerte sonó el timbre. Por los pelos. Fui a abrir la puerta bajo la mirada posesiva del omega. 

En el umbral de la puerta me encontré a Willy.

- Hola Vege, he venido a echarte una mano con el problema. - Dijo sonriente guiñándome un ojo.

Mierda, ahora sí que tenemos un problema.

Mi debilidad {Rubegetta} {Omegaverse}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora