Parte 1

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—Bésame-ronroneó seductoramente Sakura en el oído de Naruto Namikaze—Quizá podamos hacerlo bien esta vez.

El rubor inundo las mejillas tostadas del joven rubio. La peli-rosa sabía que estaba realmente intranquilo. Era solo un ensayo para el club de teatro, para la obra de primavera, pero para el ojiazul era evidente que todo resultaba demasiado real. Pobre Naruto, pensó, ocultando una sonrisa de malicia. Estaba locamente enamorado de ella. Una oportunidad demasiado buena como para dejarla pasar.

Habían ensayado esa escena, la gran escena de amor de Resplandor en la hierba, por lo menos una docena de veces. Cada vez que el rubio la besaba, la muchacha de ojos jade insistía en que no estaba bien y lo forzaba a comenzar de nuevo, pese a su incomodidad.

—De acuerdo, lo intentare-murmuro con una pequeña sonrisa.

Naruto se acercó y cerró los ojos para no tener que mirar a Sakura, pero aun así, todavía la veía: esos ojos de un profundo verde esmeralda, el cabello color rosa incomparable con otro chica, que caía como seda por sus hombros, el rostro como un camafeo y la sonrisa tan perfecta de su boca.

Mientras los labios del rubio se aproximaban, Sakura contuvo a medias, una risita que se le escapo en ese momento. El muchacho abrió sus azulados ojos y el color de su rostro cambió del rojo al carmesí.

—Lo siento, Naruto-dijo entre risas sofocadas-No pude evitarlo. Te veías tan divertido con la boca fruncida así.

Un murmullo de carcajadas recorrió la fila de espectadores. El señor Yamato, el director de teatro, era el único que no se divertía.

—Creo que ya podemos dar por terminado el ensayo-exclamo secamente-Nos volveremos a encontrar mañana a esta misma hora. No te preocupes, Naruto-agrego, pasando un brazo por los hombros de su estudiante-lo estás haciendo muy bien. Simplemente relájate y no te tomes todo tan serio.

—Claro, Naruto-señalo la oji-verde, lanzándole una sonrisa fascinadora-Lo haces lo mejor que puedes. No es culpa tuya si besarme es una tarea tan pesada.

—No... no es así. A mí me... me gusta besarte-tartamudeo el ojiazul y luego bajo rápidamente la cabeza, mientras el espeso pelo rubio le tapaba la frente, al darse cuenta de lo que había dicho.

Bueno, eso era simplemente lo justo, pensó Sakura. Hace tiempo, lo había invitado a la fiesta de Yamanaka Ino y Naruto le izo algo imperdonable, no acepto. La peli-rosa nunca olvidaba un insulto, en especial uno tan serio como que alguien rehusara la dorada oportunidad de salir con ella. Naruto Namikaze solamente estaba recibiendo lo que merecía.

La joven de ojos jade había esperado la gran ocasión para devolverle la atención y varias semanas atrás tuvo la perfecta oportunidad para hacerlo. Sucedió durante el periodo en que su idéntica hermana melliza Yuuki se comportaba en forma tan extraña después del accidente con la moto y aceptaba citas con dos muchachos diferentes en la misma noche. Cuando Naruto apareció a buscar a Yuuki, la muchacha se había marchado hacía rato con Neji Hyuga. Sakura se izo cargo al instante y pretendió ser su hermana. Mientras engañaba al rubio, se dio cuenta de que tenía un arma muy poderosa. Naruto nunca tuvo la oportunidad de salvarse. Para cuando descubrió el engaño, era demasiado tarde. Estaba tremendamente enamorado de Sakura.

—Eso es realmente cruel, Sakura.

Yuuki acorralo a su melliza en el pasillo, después del ensayo y la forzó a enfrentar su mirada. Antes podría decirse que era como mirarse a un espejo, la dos eran idénticas en todo. Mismo cabello, ojos y facciones perfectas, pero Yuuki no lo soporto más. No soporto que la confundieran la mayoría de las veces con su hermana, ambas podrían ser iguales pero sus actitudes eran muy diferentes. Después de pensarlo detenidamente, opto por cambiar su apariencia con permiso de sus padres.

Rompe CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora