Tri0/ ʀɪᴄʜɪᴇ & Sloby †𝟙𝟠

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—Está listo.— le digo a nuestro inquilino, le muestro la habitación de invitados.

—En serio, muchas gracias, no sabia que Ricardo estaría acompañado, no quiero ser una molestia.

—No es nada, de verdad, y sabes perfecto que Ricardo no te dejaría solo. 

Después de cenar los tres y de que Slobo nos contara de la fuerte discusión con su esposa que lo arillo a pedir posada en casa de Ricardo, y luego de explicar muchas veces que Ricardo y yo no somos mas que amigos, nos despedimos y cada quien va a su respectiva habitación.

Cuando entro a mi pequeña habitación preparo mi pijama y las cosas necesarias para tomar una ducha. El baño se encuentra en el pasillo por lo que cuando llegó a la sala, me encuentro con una penumbra, continuó al baño y apenas tocó la manija de la puerta Slobo la abre desde adentro.

—Oh, lo siento.— le digo al mismo tiempo que nota mi presencia.

—No te preocupes. —Le resta importancia, pasa por mi lado y veo con claridad su tonificada espalda, con unos pantalones de pijama de Ricardo cayendo con gracia de sus caderas. Creo que me quedo más tiempo del necesario viendo su cuerpo, el regresa su mirada a mi y lo único que logro hacer es entrar a toda prisa al baño.

Después de una rápida ducha me visto con una camiseta unas cuantas tallas más grandes que mi cuerpo, miro el pantalón de pijama pensando si será buena idea llevarlo, lo medito por unos segundos y decido que la camiseta es suficiente. Abro un poco la puerta y desde aquí veo a Slobo recostado en el sofá, tiene un brazo sobre sus ojos, todavía está desnudo de la cintura para arriba, su abdomen sube y baja, su figura siendo iluminada por la luz de la pantalla frente a el. Doy unos pasos por la sala, con lentitud, con la esperanza de que me detenga y haga lo que quiera...

—¿Todo bien?— su voz hace que me sobresalté por el susto.

—Si, si, todo bien.— el nerviosismo presenté en mi voz, trato de huir pero su risa me obliga a volver a mirarlo.

—¿Estabas buscando algo?— sí tal vez — Quizá, esto.— un jadeo de sorpresa me abandona cuando lleva su mano directamente a su pene aún vestido.

«Bueno que puedo perder ya está aquí.»

Trato de soltarme y coquetear,— Tal vez. —mi respuesta lo hace levantarse rápidamente y llegar hasta mi.

No lo pienso más y lo beso, él responde de inmediato, me tomó con fuerza de la cintura para restregar todo su cuerpo con el mío, su lengua y aliento fresco me hacen olvidar de todo. Le pasó los brazos por el cuello y beso su mandíbula, mientras lo guío por el pasillo, rumbo a mi habitación, solo entrar Slobo sujeta mi nuca con fuerza y me acerca su rostro otra vez, lo suficiente para empujar sus labios con los míos en un codicioso beso.

—Ahora, quiero que te desnudes.— sus palabras llegan como vibraciones a mi cuerpo.

—No podemos hacer mucho ruido, Ricardo está durmiendo en la otra habitación.— comento cuando comienzo a quitar mi enorme camiseta y mi ropa interior.

Él ya se ha olvidado de sus pantalones y ahora solo están sus bóxer de por medio. Me tomó de la cintura, me acercó a su cuerpo lentamente, disfrutando cada segundo, teniendo en cuenta que será la primera y última vez que nos enredemos en la pasión.

—Sube a la cama,— su voz se ha vuelto grabé y autoritaria— sobre tus rodillas y manos.

Lo miro por última vez, de arriba a abajo, repasando lo atractivo que es. Subí a la cama, con las piernas temblorosas me coloco en el centro, tomó una de mis almohadas, la llevó a mi cadera y me preparó para recibirlo.
Siento sus manos recorrer la parte posterior de mis muslos, lento, sus pulgares se acercan cada vez más a mi centro y tiemblo, todo mi cuerpo tiembla con anticipación.

Oɴᴇ Sʜᴏᴛs ♡ ʟᴀ ᴄᴏᴛᴏʀʀɪsᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora