"Había una vez, hace muchísimo tiempo,
Una pareja de amantes.
Uno de ellos era un dios, el dios de la fertilidad
Aquel que daba vida y prosperidad a la tierra
Y que con sus poderes mantenía el mundo vivo.
El otro era un monje, un mortal,
Encargado de cuidar el templo de aquel dios.
Se veían solo una vez durante todo el año,
En la fiesta para honrar a aquel dios,
Cuando bajaba a la tierra.
Su amor parecía imposible,
Pero cuando el destino les puso dificultades,
Aquel humano luchó, y calmó la irá del dios.
En recompensa, el humano se volvió un dios,
y pudo ascender junto a su amado, juntos,
Viviendo su amor.
Y el amor dio sus frutos"
Todo era movimiento y nervios en el mundo de los dioses, las deidades se paseaban de un lado al otro al exterior de los aposentos de Kihyun mientras murmuraban, en voz demasiado alta para ser considerada un murmullo, de hecho.
La tensión se sentía, la alegría y la curiosidad estaban latentes en la atmósfera y solo había algo que hacer. Esperar.
– ¿¡Cuánto tiempo más va a tardar!? –exclamó Solar, diosa del sol. La diosa de dorados cabellos se comía las uñas de las manos mientras golpeteaba sus elegantes tacones cristalinos contra el reluciente suelo de mármol.
– Lo que tenga que tardar. –le respondió Moonbyul, diosa de la luna, de manera tajante, aun intentando conservar la cabeza fría y no sentir los nervios. – Se trata de una situación compleja, no algo de cinco minutos, esto toma su tiempo y debemos esperar.
– Sí, entiendo eso Moonbyul, pero no me puedes negar que ya han tardado demasiado.
La diosa de la luna meditó las palabras de la otra deidad femenina antes de responder.
– Bueno, es cierto que ya llevan un tiempo ahí adentro y...
– ¡Chicas, chicas! – Kai, dios de la guerra, intervino en la conversación de ambas féminas – Tranquilas, no desesperen, ellos estarán bien, solo denles algo de tiempo. Tú lo dijiste, Moonbyul, son cosas que toman su tiempo, solo hay que esperar y estar tranquilos.
Ambas chicas intercambiaron miradas y dieron una respuesta posita ante el consejo del dios. Se quedaron en silencio mientras aguardaba junto al resto de los dioses, que seguían murmurando con impaciencia frente a las enormes puertas doradas de los aposentos de Kihyun.
Todo el mundo se quedó en silencio cuando las gigantes puertas sonaron, indicando que estaban siendo abiertas desde el interior. Se dibujó entonces la figura de Chanyeol, dios de la salud, frente a ellos. Lucia agotado, pero una brillante sonrisa aún permanecía en su rostro pese al sudor de su frente.
Fue cuestión de segundos para que todos los dioses ahí presentes rompieran el silencio y se lanzarán en manada sobre él para atiborrarlo de preguntas.
– ¿¡Qué ha pasado!?
– ¿¡Cómo está Kihyun!?
– ¿¡Qué ha sido!?
– ¿¡Ambos están sanos!?
– Vamos Chanyeol, ¿te han cortado la lengua acaso? –Kai lo tomó por los hombros y lo agitó de un lado a otro en busca de respuestas – ¡Habla con un demonio, que no podemos más con la duda!
Chanyeol sonrió de nuevo antes de responderles con una voz calmada, manteniendo su euforia para después.
– Ha sido un niño. –los rostros de los presentes se iluminaron en alegría – ¡Kihyun y Hyunwoo han tenido su primer hijo!
Todos los dioses se abrazaron ente sonrisas. Era un momento de emoción, de alegría, de jubiló y de fiesta, llena del ruido de sus voces eufóricas y lágrimas felices, una felicidad muy ruidosa, contrastante con la felicidad del interior de aquella habitación.
Ahí, Hyunwoo se encontraba acostado junto a su pareja, apoyando su cabeza en el pecho contrario, ambos con las sonrisas más genuinas del universo mientras sus ojos veían todo con el filtro color rosa que habían conseguido gracias a su amor, un amor que ahora se materializaba en la forma del hermoso bebé que Kihyun cargaba en sus brazos.
– Es hermoso. –susurró Kihyun, recorriendo cada una de las facciones de su pequeño hijo con la vista, queriendo grabarse su carita de recién nacido en las pupilas.
– Lo es, es idéntico a ti.
El mayor soltó una risita y se acurrucó aún más contra el pecho de su amado, aspirando su aroma. En su respuesta Kihyun besó la frente su esposo y acarició la cabecita de su pequeño hijo.
– ¿Has pensado en un nombre? – preguntó Kihyun para luego corregirse – O más bien, ¿Te has decidido por alguno finalmente?
– Me temo que no. – suspiró sin dejar de sonreír – Es más difícil de lo que pensé, buscar el nombre perfecto.
– ¿Qué tal si lo llamamos...? – Kihyun pensó por unos segundos antes de que el nombre saliera de su boca en forma de una alegre exclamación – ¡Hyungwon! Es bonito, ¿Te gusta?
Hyunwoo besó ahora los labios de su amado, una sonrisa se coló en medio del beso, ambos se miraron a los ojos cuando se separaron, mirandas brillantes de enamorados eternos.
– Es perfecto. –susurró el menor.
– No has tardado mucho en elegir el nombre perfecto.
– Es perfecto porque lo has elegido tú.
Y sin más, se besaron nuevamente. Y entre beso y beso, los dos quedaron profundamente dormidos junto a su pequeño hijito. Soñando con los años venideros y todo lo que el destino les aguardaba.
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Etéreo
RomanceHyungwon es hijo de los dioses Kihyun y Hyunwoo, y tiene la habilidad de convertirse en animal. Hoseok es un simple cazador que un día en el bosque se encuentra con un majestuoso cisne. 🌹 Segunda parte de Celestial 🌹 Contenido homosexual 🌹 2won p...