xanny » yoonnie

Llevan ceniceros a la mesa.

—No. Yo no fumo.—Repitió por décima vez.—Chicos ¿Dónde está Yoongi?—Preguntó de nuevo.

No supo en qué momento terminó sentada junto a ellos. El humo entrando por sus fosas nasales y la tos siendo un problema. Jennie sólo quería saber dónde estaba Yoongi y ellos parecían querer ocultarlo.

—Pronto vendrá.—Respondió el mayor de todos. El humo de tabaco saliendo por su boca.—Está divirtiéndose.

Jennie frunció el ceño. El concepto de diversión que esos chicos tenían, la ponía nerviosa.

—Quiero irme.—Murmuró.

Lisa que estaba a su lado la escuchó. En medio de su viaje, sólo pudo identificar la mirada triste de Jennie o Nini, como solía decirle antes de que ella descubriera su verdadera cara.

Quiso abrazarla y consolarla como siempre. Pero ahora había una gran pared. Esa barrera que ella misma había creado y que tal vez nada ni nadie podría romper en un buen rato.

—Él vendrá pronto.—Le dijo. Las palabras saliendo de manera arrastrada. Pero era su intento de tranquilizar a Jennie y hacerle saber que todo mejoraría.

—Eso espero.—Admitió la chica.

Antes de poder decir algo, Jin llegó al lugar donde estaban sentados. En sus manos traía una caja de cigarros y una gran sonrisa en la cara.

—¡Llegó el rey!—Exclamó. Jennie sólo pudo escuchar los bufidos por parte de los chicos y quiso sonreír.

—¿Trajiste lo mío?

Frunció el ceño e intentó ver lo que Jin sacaba del bolsillo. Jungkook sonrió de par en par cuando recibió su bolsa, con el polvo blanco.

Jennie no quería decir nada. En verdad deseaba quedarse callada e ignorar esta situación. Pero, eran sus amigos. Casi que hermanos. Y aunque ahora estuviesen molestos, no podía soportar ver cómo estaban echando a perder su vida, de fiesta en fiesta.

—Kook, no deberías hacer esto.—Dijo rápidamente al ver que el menor ya había hecho líneas finas en la mesa.

Jungkook ni siquiera se preocupó por mirarla.

— ¿Por qué no le dices eso a tu novio?— Cuestionó. Jennie ahogó un quejido y simplemente se quedó callada. La sonrisa burlona de Jungkook abrió paso entre sus labios.— Verdad...Él está muy ocupado poniéndote el cuerno.

Lisa abrió los ojos de par en par y no dudó en darle un buen golpe al menor, que rió. Sabía que le había dado en su punto más débil.

Tal vez eso haría que se largara y los dejara en paz de una buena vez.

—Jennie...

La tailandesa quiso decir algo, pero las palabras no salían de su boca. Rosé notó como los ojos de Jennie se ponían húmedos y se sintió más que mal. No soportaba verla así.

Ignorando las miradas de confusión por parte de todos, tomó del brazo a Jennie. Tenía que sacarla de ese ambiente cuanto antes.

El fuerte viento y frío de aquella madrugada fue lo primero que las golpeó cuando salieron de la casa. Rosé suspiró mientras frotaba sus brazos. Su mente activa y no sólo por lo que había consumido.

— ¿Cuándo pasó esto?

La rubia alzó la mirada al escuchar las palabras de Jennie.

— ¿Cuándo nos alejamos de esta manera?

— Sólo crecimos, Jennie.

Dejó salir una sonrisa socarrona. Vaya manera de crecer.

— Eso no es crecer, Rosie.

Sintió cálido. Hace mucho no la llamaba así. Se sentía inusual para ambas. Pero, tan reconfortante.

— Nunca supe en qué andaban. Nunca me gustaron las fiestas, así que sólo iba a sus cumpleaños. Y me iba antes de media noche. Supongo que después pasaba lo bueno.— Susurró.— Cuando la estúpida de Jennie se iba.

— No digas eso.— Dijo la rubia.— Nosotros no queríamos arrastrarte a esto, Jen. Menos tu novio.

—¿Por qué lo hacen?

Rosé no supo que responder ¿Por qué lo hacían?

—Nos hace sentir bien. Empezamos sólo fumando, pero después las cosas escalaron. Algunos ya han intentado heroína.

Jennie no quiso saber más. Quería preguntar quiénes lo habían hecho, pero no soportaría la respuesta. Menos al tener sospechas.

Segundos de silencio las llenaron. El sol queriendo hacer su aparición. Y el frío convirtiéndose en un problema para Jennie.

— ¿Él en verdad me está siendo infiel?

Silencio.

Y eso fue más que suficiente.