Todo se viene abajo con ellos.

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— ¡Chicos!— La voz agitada de Jin fue lo único que Jennie pudo escuchar cuando llegaron al hospital— ¡Lisa tuvo una sobredosis!

Todo se había desmoronado en dos segundos. La llamada de Jisoo los había bajado de su nube.

Yoongi tuvo que olvidarse del dolor en su mano y llegar al hospital; donde una de las personas más importantes para él, estaba luchando por su vida.

Llanto. Sólo eso se podía escuchar en el pasillo.

Jennie se acercó a Rosé, que vestida una pijama de gatitos. Frunció el ceño. Miró a los demás, ellos llevaban todavía sus atuendos de fiesta.

—¿Por qué estás vestida así?

—Me fui de la fiesta minutos después de que Yoongi te llevara a su habitación.—Confesó. —Si me quedaba iba a ser muy tentador.

La chica suspiró. Notó como Jisoo se sentaba a su lado y guardaba su rostro en ambas manos. Los hombros se movían con cada sollozo que daba.

Jennie quiso consolarla ¿Debería? ¿Estaba ella en la posición de hacerlo?

—¿Cómo pasó?—Susurró.

Jisoo supo de inmediato que se dirigía hacia ella. Levantó la mirada y soltó un sollozo. No quería hablar de aquello. Porque fue tan aterrador que no quería recordar como habían sucedido los hechos.

—Ella no quería parar.—Dijo inaudible. La voz temblorosa y mirada perdida.—Ella seguía. Le dijimos que era demasiado. Pero entonces empezó a mezclar.

La voz de Jisoo se hacía cada vez más y más alta mientras hablaba. Llamaba la atención de los chicos y se veía más histérica que nunca. Lagrimas calientes brotando de sus ojos y la garganta le ardía.

—A ella no le importó nada ¡Ni siquiera nos escuchó!—Sollozó.

Jennie se levantó de su lugar. Rodeó con sus brazos, el cuerpo de Jisoo. Pronto, la chica se acurruco contra ella y dejó salir las lágrimas. Rosé tomó la mano de su amiga.

Los chicos las veían y casi que recordaron por qué ellas siempre habían sido tan cercanas.

Por la gran conexión que tenían, por su maravilloso lazo indestructible. La confianza que se tenían era irrompible y a pesar de lo que estaba sucediendo entre ellas, se seguían amando como las hermanas que eran.

Pero ahora, lo que más las mantenía junta era el deseo de que Lisa estuviera bien. La necesidad de que se salvara y volviera a estar con ellas. Las ganas de que todo volviera a ser como antes.

Querían y necesitaban volver a ser ellos mismo. Porque se les había salido de las manos. Lo que estaba sucediendo con Lisa fue una señal del destino. Tal vez fue lo que necesitaban para entender que estaban haciendo mal.

Se habían dado cuenta de que todo se estaba llendo abajo.

xanny » yoonnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora