Eran las nueve de la noche y los chicos recién habían llegado del largo viaje, se habían demorado más de lo habitual ya que una de las ruedas se había estropeado. Al llegar, todos bajaron su equipaje del bus y se largaron a sus respectivas habitaciones.
—Mañana será un día agotador —dijo Jimin—. El instructor Namjoon nos matará haciendo ejercicios.
—No lo dudo —respondió Taehyung.
Ambos caminaban por los oscuros pasillos dirigiéndose a la habitación que compartían, mientras se escuchaban susurros provenientes de otras habitaciones, podían notar lo ansiosos que estaban todos por el nuevo semestre.
Mientras hablaban, Jimin sin darse cuenta chocó con un chico más alto que él.
—Dis- Disculpa —dijo de inmediato el rubio.
Dicho joven sólo procedió a caminar, sin decir ninguna palabra.
—Tsk —Taehyung chasqueó la lengua—. Ni siquiera se disculpó.
Jimin suspiró.
—No te preocupes Tae —le acarició la espalda para que siguieran caminado—. Deben estar nerviosos por las clases de mañana.
—Tienes razón...
Jimin volteó a ver curioso, nuevamente había sentido aquel olor familiar de la otra vez pero por desgracia ya no había nadie. Desde que salió de su casa tenía un extraño presentimiento en el pecho y no sabía por qué, estaba inquieto.
Una vez que llegaron a su habitación ordenaron sus cosas y se dispusieron a dormir. Jimin dormía en la litera de arriba y Taehyung en la de abajo, la luz de la luna se filtraba por la ventana y esto hacía que Jimin se distrajera.
No podía conciliar el sueño.
—Ojala pudiera ser como Tae —susurró, al escuchar roncar al pelinegro.
No evitó reír.
Bajó lentamente las escaleras y se acomodó al lado de Taehyung, haciendo que éste se moviera hacia la pared. Estaba acostumbrado a este tipo de cosas, la mayoría de las veces Jimin lo hacía y siempre –inconscientemente– lo esperaba todas las noches.
Jimin sonrió de lado.
—Gracias Tae —susurró—. Gracias por estar siempre a mi lado.
Tae bostezó y con pereza le respondió al rubio.
—Siempre lo haré —dijo entre dormido.
Jimin suspiró y pasó su brazo entre su costilla, abrazándolo de lado.
Así concilió el sueño y volvieron a dormir.
Entre gritos y escándalos Jimin abrió los ojos asustado, percatándose de que no estaba en su cuarto y mucho menos con Taehyung. Miró el cielo dándose cuenta que estaba en un lugar que desconocía completamente, estaba desorientado y no sabía cómo había llegado allí. Observó a su alrededor, asustándose por el fuego que cubría la mayor parte de donde se encontraba, además su cuerpo sangraba sin parar y vió que otras personas estaban tiradas en el suelo. Intentó levantarse pero no sentía sus piernas, de inmediato comenzó a entrar en desesperación, y después de intentar pedir ayudar vió que desde lejos corría una persona que conocía a la perfección hacia su dirección.
Su rostro cambió completamente cuando supo de quien se trataba. No podía creer lo que sus ojos veían.
—¡Jimin! —exclamó agarrando su rostro—. ¡Tenemos que salir de aquí inmediatamente!
Sus ojos se abrieron como plato, llenándose de lágrimas.
—Jung- ¿Jungkook? —preguntó a penas, sintiendo que su corazón se saldría de lugar—. Qué- ¿Qué haces aquí?
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•Des c o n e c t a d o s• kookmin
ActionPark Jimin desde que era pequeño nunca tuvo una buena relación con su padre; un hombre conservador, ambicioso y prejuicioso. Cualidades que lo llevaron a cometer errores irreparables, como mandar a su propio hijo al campo de batalla con la orden de...