Jimin el chico que todos concideraban fuerte y con agallas se encontraba reposando en una de las sillas del comedor; con heridas que para él no eran graves y con el brazo casi fracturado.
Tenía un punto fijo el cual mirar, no se percataba de lo que sucedía a su alrededor pues disfrutaba estar de esa manera. Se negaba volver a la realidad y sufrir de la gran perdida que había vivido hace unos instantes.
Iu entró a la habitación con un maletín de primeros auxilios para sanar las heridas de Jimin, pero al observar al chico notó la mirada perdida en él, en ese momento se convenció que ya nada iba a ser como antes y claramente eso le causaba tristeza.
Aunque se encontraban en medio de la guerra, nadie estaba preparado para sufrir aquel trauma. Todos disponían de habilidades físicas pero no mentales. No estaban preparados para enfrentar la muerte.
La pelinegra agarró una silla y la acomodó enfrente de Jimin, sentándose y preparando los utensilios para comenzar con la curación. No esperaba que alguna palabra saliera de la boca del chico, sabía que estaba destrozado para hacer algo tan básico. Sin embargo, buscaba la manera de distraer al muchacho aunque fuera tarareando una canción casual.
—Jackson ahora mismo está descansando y Jungkook está vigilando afuera —dijo Iu, sin esperar alguna respuesta de parte de Jimin—. Haremos turnos para resguardar el lugar, por suerte encontramos esta cabaña para pasar la noche. Tú te quedarás aquí reposando.
Mientras que tocaba el algodón por las heridas de Jimin, Iu estaba aliviada al darse cuenta que su amigo al que tanto apreciaba reaccionaba al dolor; aún sentía. Todavía se podía recuperar.
—Jimin —la chica agarró el mentón del pelirrubio para que así sus ojos se encontraran—. Todo estará bien, te lo prometo.
Rápidamente los ojos de Jimin se ahogaron en lágrimas y toda la pena que había tratado de contener se liberó, comenzando a llorar mientras que Iu trataba de consolarlo pero a los pocos minutos ésta se unió al llanto. Lo único que se escuchaba en la habitación eran los lamentables sollozos que nunca cesaban.
Jungkook quien se encontraba afuera de la cabaña sonreía cabizbajo. Se sentía aliviado al saber que Jimin ya estaba junto a ellos y se prometía que nada malo le volvería a ocurrir. Ni a Jimin ni a los demás.
Jackson acostado en el suelo también sollozaba silenciosamente, le entristecía enormemente escuchar a su amigo sufrir. Él, furioso, solo deseaba que toda la desgracia terminara luego.
Todo parecía una pesadilla.
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•Des c o n e c t a d o s• kookmin
AçãoPark Jimin desde que era pequeño nunca tuvo una buena relación con su padre; un hombre conservador, ambicioso y prejuicioso. Cualidades que lo llevaron a cometer errores irreparables, como mandar a su propio hijo al campo de batalla con la orden de...