⇇Sassy Hybrid⇉[Yoonseok/Sope]

sιєтє

Seokjin no se estaba viviendo los mejores días.

El primer día en Francia no fue muy problemático, es más, fue el más tranquilo de todos, ya que los demás días comenzaron a tornarse alocados y estresantes. Pese a todos los problemas con los que tenía que tratar, siempre intentaba mantenerse relajado y con la mente despejada.

Eso era imposible. Lo intentaba, claro, pero sus pensamientos estaban repletos por ese chico que, supuestamente, cuidaba su casa.

Llevaba días tratando de comunicarse con Hoseok y conforme los días pasaban, empezaba a rendirse. No quería pensar cosas malas sobre el chico porque confiaba en él y en ese corto lapso de tiempo que compartieron supo que era una buena persona, sin embargo, estaba en una situación muy preocupante. Las ideas malas deambulaban por su mente a cada instante y nada ni nadie podía quitárselas. Robos, fiestas, su casa destruida e incluso un asesinato, todo tenía una mínima posibilidad de que fuera o se volviera real. Eso no lo ayudaba en nada.

Suspira llevando ambas manos hacia su cabello, llamaría una vez más. Con algo de nervios logra marcar el número del hogar, espera unos segundos y aquel silencio junto al sonido coordinado del bolígrafo en su mano se vuelven un infierno. No llevaba la cuenta pero quizás era la cuadragésima vez que llamaba. Lo único que quería era saber si Hoseok no lo había engañado.

Rendido, marca otro número.

-¿Papá? -escucha la voz de su hijo, quien estaba detrás de la línea. Un alivio recorre su cuerpo, por lo menos él respondía.

-Jimin, ¿cómo estás? -preguntó. Si bien estaba ansioso, no podía ser tan indiferente con sus hijo, además charlar con ellos no era una tortura.

-¿Eh, bien? Lamento pregunta pero, ¿sucede algo?

-¿No puede preguntarle a mi hijo cómo está? -escucha una risa. Al parecer no.

-Sí, puedes pero estás trabajando, generalmente estás estresado todos los días.

-Está bien, si necesito algo. ¿Podrías ir a mi casa? Hoseok no responde las llamadas y eso me... ¿Enloquece?

[...]

La puerta se encontraba abierta. Jimin se sorprende y no sabe qué pensar, lo único que sabe es que está muy preocupado. Desde un principio supo que llevar a un desconocido a esa casa era una mala idea, no lo conocía pero había oído un poco de él. Las circunstancias en las que Hoseok y su padre se habían conocido no fueron las mejores.

Cuando entra al sitio sin preguntar (porque según él era muy innecesario) puede percibir una perfecta tranquilidad. Se asombra pues el lugar estaba demasiado limpio, en los años que vivió allí nunca la había visto de esa forma. Nadie parece percatarse de su presencia, por ello sigue observando y, mientras pasa el tiempo, se cercioraba de que todo estaba bien y que nada estaba fuera de lugar, excepto el hecho de que Hoseok no estuviera allí.

Recordó cuando su padre explicó que nadie respondía sus llamadas, entonces comienza a caminar hasta el estante donde se encontraba el teléfono. Ríe fuertemente cuando nota el corte tan perfecto que tiene el cable, por supuesto que nadie respondería las llamadas si no servía. Momentáneamente Jimin se pregunta por qué ese chico cortó el cable, hasta que lo piensa muy bien.

No fue Hoseok, fue ese gato que lo observaba desde las escaleras.