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Paqui

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Paqui

Ese nombre ya le era bastante conocido y ¿como olvidar tu primer amor?

Que te robo su corazón con tan solo verla a la primera, hablar con ella era todo un sueño, si voz era suave y cálida, su personalidad era de maravilla, siempre energética, con una sonrisa en su rostro todos los días, dándole esperanzas.

Su objetivo era salir de ese pueblo con ella, salir de ese horrible lugar para explorar el mundo juntos pero el destino no era así. La tuvo que matar con su tractor por accidente, si que lloro esas semanas, hasta que un día simplemente agarro sus maletas junto a su primo y se fueron de allí.

Pero lo que más recordaría de esa mujer era una promesa.

«Yo Segismundo García prometo mejorar, ser más sociables, todo por ti»

Mejorar sobre el hecho del tacto, poder abrazar sin miedo ni nada, por eso necesitaba ir de a poco, un roce o un apretón de manos, eso le pondría muy feliz, estaría cumpliendo con la promesa pero con ¿quien podría ayudarle?

Se pasó toda la tarde tachando nombres en una libreta, acostado en el sofá con los pies en el respaldo de este, comodidad ante todo, su espalda le dolía por tanta limpieza que hizo esa vez, limpio por la superficie, en unos días limpiará a fondo, ...

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Se pasó toda la tarde tachando nombres en una libreta, acostado en el sofá con los pies en el respaldo de este, comodidad ante todo, su espalda le dolía por tanta limpieza que hizo esa vez, limpio por la superficie, en unos días limpiará a fondo, cosa que era poco probable.

Suspiro rendido, poniendo la libreta sobre su pecho y con el lapicero en su boca, mordiendolo, no tenía teléfono como para ver sus contactos, desde los más antiguos hasta los más nuevos.

Por obvias razones no todos eran sus amigos, les gustaría, algunos eran muy graciosos, nunca pudo verlos de nuevo para su mala suerte. Se levantó rápidamente, fue a la cocina para comprobar si la nevera de allí tenía algo de comida, vacío, tendría que salir a comprar. Reviso su cartera, en búsqueda de dinero, grande fue su sonrisa cuando la encontró, salió de la casa para ir directamente a un Badulaque.

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El camino fue corto por el vehículo recién robado que agarro, según el, estaba abandonado, eso no es robar, al llegar atropello una moto que salió hacia el cuerpo del dueño, que soltó un gran quejido.

Sin importarle entró a la tienda, agarrando unos aperitivos, desde fuera la tienda todos los miraban de mala manera, no le importaba mucho, pago las cosas, con bolsa en mano subió al vehículo, ganándose más de un insulto, respondió de igual manera pero aprovechando para atropellar nuevamente esa moto, haciéndola explotar.

Apretó el acelerador y partió al hogar que tenía, si que le faltaba mucho que avanzar, a camino al hogar escuchaba las sirenas, una patrulla se dirigía al lugar donde ocurrió la explosión, para tomar testimonio, no lo sabía pero sí sabía era que tenía suerte de haber salido ileso.

Se detuvo en la vereda, muy cerca de un poste, haciéndolo caer, salió del vehículo, se acercó a la puerta del hogar para abrirla, buscaba entre sus bolsillos las llaves.

Después de un tiempo recordó que las dejó adentro, encima de la mesa, se tapó la cara con una de sus manos, suspiro con enojo.

¿Cómo se dejaba las llaves dentro de la casa?

Pensaba en llamar a Conway para ver si tenía una copia de estas, tampoco tenia un teléfono, tal vez el auto tenía uno, dejo la bolsa en el piso y corrió hacia el vehículo, busco entre los asientos, siempre un teléfono se cae por allí. Agarro uno con una curiosa carcasa, rosa con brillantina, lo encendió y marcó el número que anotaba en sus muñecas por si algún día olvidaba los números de alguien que lo pudiera ayudar.

El pitido de espera aún sonaba, nunca le contestaba el celular, continuó llamándolo, unas 7 veces hasta que escucho la voz del contrario en el celular.

-¿Quien es?

De fondo se escuchaba la sirena de una patrulla junto con insultos.

-Hola buenas, soy Segismundo García, he tenido un problema.

Escucho atentamente como se escuchaba que soplaba, el no tenía ni idea que este fumaba.

-Aja y eso seguro me importaㅡ

-Bueno te cuento, fui a comprar comida por que no había ni una mierda en la nevera y bueno, me quedé afuera, ¿no tendrás unas copias o algo escondido afuera de la casa?

Dijo ignorando el comentario anterior, esperando una respuesta por el contrario.

-¿Buscaste bajo la alfombra? Te deje una nota sobre unas copias, ¿qué tipo de anormal eres para no leer una jodida nota pegada en la puerta?

Hablaba con notable enojo en su voz.

-A mi no me hables así, que yo iba a saber que dejaste una nota en la puerta, debiste decirme hombre, que las notas se despegan, si aquí no hay nada de nad-

Escucho un tono proveniente del teléfono, le había cortado la llamada.
Arrugó su ceño, odiaba cuando le cortaban las llamadas cuando está hablando, guardo el celular en uno de los bolsillos del pantalón, se agachó para agarrar las copias de las llaves, si estaban allí, las agarro y abrió las puerta.

Entró con la bolsa y las llaves, dejó las cosas recién compradas en la nevera, algunas en la despensas que estaban allí, eso le serviría por unas semanas, al menos ya tenía teléfono nuevo, debía agregar sus contactos antiguos, era mucho trabajo para su gusto. Sacó la SIM del teléfono nuevo para poder poner la de su ya rito teléfono, espero un poco para encenderlo y ver llamadas perdidas junto a varios mensajes.

Revisó cada uno de ellos, llamó a Nathan, el de habla inglesa contestó en pocos minutos, tendrían una larga charla, le ocurrieron muchas cosas ese día, cosas positivas, hablaron sobre cómo iba el plan sobre los informantes también de que había llegado más mercancía para que puedan vender juntos, hablaron por más de 30 minutos hasta que el contrario debía irse, tenía una cita con su novia, se despidieron y corto la llamada.

Ahora si que no tenía nada que hacer, sentía los párpados pesados por tanto movimiento el día de hoy, ahora que tenía una cómoda cama debía sacarle provecho, reviso el armario en búsqueda de una ropa que le hiciera cómoda. Termino con una polera larga blanca junto con un pantalón largo color celeste, no era fan de los colores pasteles pero era lo que había, se tiro sobre la cama, las cómodas sábanas era todo lo que necesitaba para quedarse completamente dormido.

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ᕼᗩᖴEᖴOᗷIᗩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora