Odiar sin odiar

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La brisa de la noche entra por la ventana agregando un toque de melancolía al escenario agónico que yace en mi habitación. Han pasado meses desde la última vez que recibí tu mensaje, me encontraba más allá del cansancio de repetir una y otra vez, que no quiero tenerte más en mi vida; ignoré mensaje tras mensaje, hasta que no lo hiciste más. Todo ese tiempo estuve bien, no eras tema relevante en ninguna conversación, no te extrañaba ni lloraba tu ausencia, simplemente eras pasado, parte de la historia que quisiera olvidar.

Tu patrón regresivo una vez más se hace presente, hace unos días enviaste un mensaje, tan sólo preguntando cómo me encuentro, como si realmente en algún momento hubiéses tenido interés por mi bienestar. Obtuviste la respuesta evasiva que todos utilizan, "estoy bien".

Quizá no conoces la vergüenza, pues dices quererme y tener interés en cómo estoy, quizá no lo entiendas, quizá no te ha quedado claro; te quiero lejos de mí, lejos de mi vida, no te necesito en lo más mínimo. No lo tomes a mal, suena hostíl, pero sabes sobre mi incapacidad de rechazar a quienes alguna vez quise tanto, no eres capaz de comprender el daño que me hace tu mensaje, pues me repito una y mil veces que te aborrezco, que te odio, que te deseo todo el mal que mereces, pero no es verdad, no hay ni el más mínimo sentimiento de odio de mi persona hacia la tuya.

Quisiera odiarte, pero la tristeza me consume al pensar en la angustia que podrías sentir si mis tratos hacia ti son con adversidad. ¿cómo odiarte sin odiar?

Es sorprendente la gran estolidez que habita en mi persona, al querer proteger el corazón de quien se encargó de pisotear el mío. Por favor tan sólo vete.

      Que no puedo odiarte sin odiar...

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2020 ⏰

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