Inquieta, Cetria se pasea por el bosque, cerca de su cabaña. Lo mejor sería irse a casa y calmarse, pero ni siquiera puede pensar con claridad. Ha tenido mucho cuidado durante los últimos años para no tener ninguna clase de contacto con él. Hasta ahora.
Su hermana se había sentado con Titán para explicarle, discretamente, que sospechaba que alguien podría haber hackeado su portátil y que no tenía los medios necesarios para averiguarlo. Pero cuando Titán le había ofrecido a Cetria asiento... ella había salido corriendo de su cabaña sin dar ningún tipo de explicación. Y ahora se siente la peor persona del mundo.
Podría volver, decir que se le presentó una urgencia y sonreír, pero el solo hecho de pensar en mirarlo a los ojos le produce escalofríos. No está preparada, no se siente preparada. A pesar de que todos, incluso ella, sabían ya desde hace tiempo lo que el destino tenía previsto. Y no puede huir de él.
Escucha los pasos de Katia antes de que su hermana aparezca ante ella con la calma que siempre la caracteriza. Son el norte y el sur, el frío y el calor, la noche y el día. Siempre la ha admirado por muchas cosas, entre ellas por su valentía. A pesar de los demonios que moraban en sus increíbles ojos verdes, Katia le hacía frente a todo. No se detenía ante nada ni ante nadie. Siempre ha sido de esa forma. Quien ha dado siempre la cara por ella ha sido su hermana. Pero en esto Katia no puede mediar, no puede seguir resolviendo sus problemas. Deberá aprender a ser valiente.
—Perdóname, Katia —apuesta a que su hermana puede escuchar los desbocados latidos de su corazón—. Necesitaba... salir de allí.
A pesar de que Katia no comprende del todo los sentimientos de su hermana, sí que la entiende a ella. De modo que coloca una mano en su hombro, mostrándole su apoyo. Cetria se relaja al instante. Katia siempre fue capaz de hacer eso con ella. Simplemente la tocaba y el mundo parecía un lugar mejor. ¿Les pasa lo mismo a las poquísimas personas que se permite tocar? ¿O es por el hecho de ser mellizas?
—Comprendo que te resulte complicado —su voz es suave, pero contundente—, pero esto no puede continuar así. Sois adultos, Cetria. Ya es hora de que enfrentéis lo que sois.
—Ahora mismo estoy bastante turbada —de hecho, siente como si su corazón fuera a explotar—. Necesito correr un rato y luego quizás me marche a casa. ¿Puedo visitarte esta noche?
—Las puertas de mi casa están siempre abiertas para ti.
Viniendo de otra persona, este sería un gesto amable. Pero viniendo de Katia es todo un halago, una verdadera muestra de confianza. Una confianza que Cetria sigue cuidando cada día. Conoce a su hermana y sabe que no tolera las traiciones de ningún tipo. Y esto, nuevamente, la lleva a pensar en su madre.
¿Sería buena idea ir a verla antes de marcharse? Quizás Damián se enfade con ella, pero es su madre, de todos modos. Y aunque haya cometido el más grande de los errores, a ella siempre la trató bien. Aunque bien sabe que Katia no puede decir lo mismo. Su familia ya estaba quebrada antes, pero ahora se ha desintegrado por completo.
—¿Irás a ver a papá? —le pregunta a su hermana antes de que esta se marche—. Tú siempre te has llevado mejor con él. Creo que le gustaría verte.
Novan había pasado los últimos dos meses bastante deprimido. Al parecer, ha reformado el interior de su casa para que nada pueda recordarle a la mujer con la que se enlazó y tuvo tres hermosos hijos. La misma mujer que los había hecho pedazos desde el nacimiento de las dos mellizas. Apenas habla con nadie ni se relaciona con la manada. Se pasa los días en su casa, posiblemente bebiendo y tratando de recuperar tantos años de su vida.
Katia mira a su hermana con un gesto difícil de descifrar, aunque no para Cetria. Está sopesando opciones, pensando en qué será lo mejor.
—¿Tú quieres verlo? —le pregunta Cetria—. ¿No lo echas de menos?
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Luna de Tinieblas |DEPREDADORES #2|
FantasyHay almas destinadas a encontrarse y otras que ya se han encontrado, pero que no terminan de aceptarse. Cetria es una chica joven, extrovertida y que emana felicidad. Titán es más reservado, más realista y puede que hasta casi formal. Ambos se han c...