La libertad que sientes al ir a toda velocidad por una carretera en una moto como esta es indescriptible, sentía mi corazón latiendo a mil por hora, me aferraba con todo mi ser a la espalda de Armando y con mis brazos rodeando su torneado cuerpo, y ese aroma por Dios!, cerré los ojos, lo abrace con fuerza y tome una bocanada de aire enorme, huele a gloria y gasolina, ¡me encanta! Llegamos al lugar del evento, Armando saca unos carnets y me dice: - Este es tuyo nena, acceso VIP! - Sonríe y le brillan los ojos; unos gorilas al verlo a él y mi respectivo carnet nos abrieron paso; nos encontramos con un tumulto de gente preparando el show, mis ojos denotaban sorpresa, este Armando si que tiene contactos, no sé quiénes se presentarán pero definitivamente estar en VIP será muy divertido, pensé.
Se nos acerca una apresurada chica, con un auricular en sus oídos y una guitarra Fender blanca perlado con acentos en metal cromado brillante, mira a Armando y le dice: - Impuntual como siempre cariño, toma, salen en 5 minutos. - mi cara fue todo un poema, no podía emitir palabras, Armando sonrió de medio lado y me dijo - ¡Sorpresa!, espero te guste mi banda, aquí nos separamos, disfruta del show - me tomo en sus brazos, me estampó un beso y se marchó, dejándome ahí paralizada. El concierto fue increíble, era rock suave estilo 90's y ahí estaba yo en primera fila viendo este sensual hombre que de vez en vez me buscaba entre la multitud y me guiñaba un ojo, este niño es una caja de sorpresas, ¡Una velada increíble sin duda!
Finalizado el concierto subimos a su moto de nuevo, la luna de testigo de nuestro viaje, silenciosa y brillante, mis brazos ajustados a su pecho, podía sentir cada latido de su corazón, mis rizos ondeando al Vaivén de la carretera, tomamos la vía rumbo a la montaña, y aparcamos en una especie de mirador, sacó de su maleta una botella de ron y unos vasitos, me mira con esos ojazos negros profundos, - ¡Un brindis por esta velada! - dice mientras me ofrece un trago. Nos sentamos en el muro y vemos el horizonte un rato en silencio, me toma por la cintura y susurra a mi oído: - No pierdas la vista del frente- dicho esto las estrellas empiezan a desvanecerse y un hilo de tintes rosas y naranjas anuncian la llegada del amanecer, es simplemente hermoso, volteo a verlo, estamos en el borde de un acantilado, me sostiene con fuerza y nos besamos con lujuria y deseo, nada en él es sutil, sus manos me recorren a una velocidad indescriptible, la adrenalina corre por todo mi ser, sabiendo que estamos al borde de un vacío y yo al borde de la locura, de él lo quiero todo y ¡Lo quiero ya! pero como si hubiera leído mi mente se detiene en seco, me mira sonriendo y me dice - ¡Mejor nos vamos, es una zona prohibida y ya nos pueden ver! Me deja en la puerta de mi departamento y desaparece a toda prisa, dejándome con ganas de más, lo odio por eso, pero aún así no dejo de sonreír ridículamente ¡Que viernes he tenido !
Abro las puertas de mi casa y busco mi celular para ponerlo a cargar, no lo he revisado en todo este rato desde que Ernesto me lo devolvió, sorpresa cuando veo que tengo una veintena de llamadas perdidas y el WhatsApp a reventar ¡Es Ernesto! ¿Qué querrá este hombre? Lo que se vino a mi mente fue algo pasó en el trabajo y me andaban buscando, abro con hastía el chat y para mí asombro, no eran temas de trabajo, era él preguntando si ya estaba en casa, como me fui con ese extraño sin casco, que en qué andaba pensando, que quién era ese. Mis ojos no daban crédito a lo que estaba leyendo, pensé en contestarle venenosamente que ese no era su problema ¡que me dejara en paz! Luego pensé en llamarlo y decirle a todo pulmón lo poco que me importaban sus opiniones, pero justo cuando estaba por marcar el teléfono, pensé, mejor no, Ernesto es casado, si lo llamo capaz me gano un problema sin necesidad, voy a ignorarlo y a dormir un poco, qué tanto, así pues deje el teléfono a un lado, tomé una ducha rápida y a dormir unas horas, me hacían falta.
Armando estaba sobre mí, el brillo de la mañana entraba por la ventana, nuestros cuerpos entrelazados jadeando, deseando más y más uno del otro, sus brazos fuertes tomándome con fuerza, allí entre las sábanas de mi cuarto no se respiraba oxígeno, solo deseo, puro y animal, el timbre del departamento sonó una y otra vez, una y otra vez con desesperación, imposible de ignorar, entonces ¡Desperté! Ese ruido retumbando en mi cabeza me sacó de mi maravilloso sueño, maldije a quien sea que estaba en mi puerta, a diferencia de otras veces no atendí el intercomunicador, baje directo hecha una furia a insultar a quien fuera que me estuviera buscando, pero si yo estaba molesta nivel "¡Voy a matar al imbécil que esta llamando a mi Puerta!" el rostro de Ernesto en la puerta del edificio era mucho peor, si, así como leen, Ernesto estaba al pie de mi edificio en medio de un ataque de furia.
ESTÁS LEYENDO
Infiernos
Romance¿Porque conformarse con un solo Demonio? Acompaña a Marcela en este viaje a su inframundo personal. "Que miedo es no tenerle miedo al fuego, y es que en mi vida jamas pensé que estaría en una encrucijada entre un infierno y otro... si tan solo hubi...