Al paso del tiempo, los seres humanos evolucionaron obteniendo habilidades de dos grandes animales: lobos y gatos montés. Desde ese entonces, la guerra comenzó. El mundo se dividió en dos, lobos de un lado y gatos montés del otro. Se encontraban esp...
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El frío invadió su cuerpo al momento de tocar el suelo con sus pies pero no le importó, estaba acostumbrado al frío desde hace años. Sus manos fueron en dirección hacia sus ojos y un bostezo escapó de su boca, todavía se encontraba con sueño pero tenía que levantarse. Les prometió a Eleven y Dustin comer juntos y después de eso ir a caminar por el gran bosque. La mayoría del tiempo iban a dar caminatas por el bosque, era agradable pero siempre estaban atentos por si algo pasaba por sus alrededores, y más por si aparecía un lobo. Lamió sus labios resecos por el frío y esta vez, un suspiro salió de su boca mientras se levantaba de su cómoda cama. Sus ojos, como todos los días, recorrieron toda la habitación hasta llegar a la repisa flotante que contenía unos cuantos libros. Empezó a caminar hasta ella, y miró en dirección hacia su libro favorito. Se paró de puntillas y lo alcanzó como todos los días. El libro era de color negro con bordes plateados y en el medio contenía un símbolo importante: un lobo y un gato montés dándose la espalda. Mordió su labio inferior, nunca había visto a un lobo. ¿Serán como sus padres le dicen? ¿malvados y dispuestos a traicionar a cualquiera? Un ligera risa se hizo presente al pensar en eso, ¿será que también los lobos piensan eso de ellos, los gatos montés? Nunca lo sabría y tampoco era la gran cosa si pensaban eso. Abrió el libro y fue directo a la página 23, su sección favorita: Los cambiaformas. Las personas que podían cambiar su forma humana a un lobo o gato montés. Lástima que con el paso del tiempo, se fueron extinguiendo. Ahora solo quedaban personas con habilidades de gatos montés, también lo suponía con los lobos. Era imposible que sigan existiendo los cambiaformas. Nuevamente, se paró de puntillas para colocar el libro en su lugar. Después de eso, sus piernas empezaron a moverse en dirección al baño de su habitación mientras continuaba pensando en los cambiaformas. Le hubiera gustado conocer a uno, no importaba que especie pero era imposible, ya no existían. Ingresó al baño sin saber que hoy se encontraría con la sorpresa que cambiaría su vida por completo.
