Al paso del tiempo, los seres humanos evolucionaron obteniendo habilidades de dos grandes animales: lobos y gatos montés. Desde ese entonces, la guerra comenzó. El mundo se dividió en dos, lobos de un lado y gatos montés del otro. Se encontraban esp...
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Will Byers salió del baño de su habitación mientras secaba su cabello con una toalla después de un agradable baño caliente. ¿Era irónico, no? Tener cualidades y habilidades de un felino pero aún así disfrutar del agua. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro al notar que su lado animal se encontraba enojado por el baño que se había dado hace tan solo unos minutos. Era inevitable no prestarle atención a las quejas de su lado felino pero decidía darle más atención a su lado humano. Siempre era mejor hacerle caso al lado humano a que el lado animal sino habría consecuencias que podrías llegar a arrepentirte.
La toalla cayó por algún lugar de la habitación al momento que la arrojó. Se dirigió a agarrar la ropa que usaría el día de hoy para comenzar a vestirse tranquilamente. Su ropa no era nada fuera de lo común: una remera blanca acompañada con un pantalón verde, una campera negra y sus zapatillas también de color negro pero con una línea blanca en el medio. Por último, se dirigió a su mesita de luz donde se encontraba su collar que contenía un pequeño dije de su manada. Lo miró con atención antes de agarrarlo, una luna y un gato sentado sobre ella. No era la gran cosa pero tampoco le disgustaba, se sentía bastante cómodo usándolo todos los días. Agarró el collar con ambas manos y sintió la fría cadena tocando tan solo un poco de su piel, no se quejó.
Todavía tenía tiempo antes de que Eleven tocara la puerta de su habitación o entrara como si fuera la suya. Se sentó en la cómoda cama mirando la puerta con atención mientras esperaba a la chica. Un bostezo se hizo presente de su parte. Continuaba cansado pero les prometió a su hermana y mejor amigo pasar el día con ellos, y él nunca rompía una promesa. La puerta ya no era de su atención. Su mirada fue en dirección a la repisa flotante donde estaba su libro favorito.
Los cambiaformas.
Esas palabras se repitieron en su cabeza unas cuantas veces mientras soltaba un suspiro molesto. ¿Por qué tanta desesperación por saber más de ellos? ese libro no decía gran cosa y ya sé lo sabía de memoria de tanto leerlo. Tendría que aceptarlo de una vez, nunca conocería a un cambiaformas.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de la puerta chocar contra la pared. Su mirada seguía atenta a la repisa al saber muy bien quién era.
—¡Will! —la voz de Eleven se hizo presente en toda la habitación.
Se levantó de la cama mientras sus brazos se cruzaban en manera de protesta. —¿Por qué nunca tocas?
—Linda ropa —sonrío cambiando de tema. William rodó los ojos —. Dustin va a llegar en 15 minutos, ¿no quieres tomar algo primero?
Negó con la cabeza mientras sus ojos iban, de nuevo, en dirección a la repisa flotante. Suspiró. Eleven miró de reojo a la misma dirección que su hermano. Sabía muy bien el interés que agarró Will con los cambiaformas aunque este no quisiera demostrarlo. La chica sonrió mientras negaba con su cabeza y daba unos cuantos pasos para acercarse hacia él.
