Y el beta dijo: RECHAZO LA NATURALEZA | KamiBaku

¡RECHAZO LA NATURALEZA!

Mis padres son alfas, mi madre creyó que era imposible tener un bebé, pero aparecí yo, contra todo pronóstico. Salí defectuoso, te podrás dar una idea. Cuando llegué a la adolescencia tardé un poco en encontrar qué era porque tuvieron que hacerme estudios extra. Al final, resulté ser beta. Y pensarás, amablemente "Bueno, pero ser beta está bastante bien", y seguramente es verdad. Pero yo no soy del todo como otros 'betas normales' Puedo oler el celo de los omegas, y puedo sentir la presencia de otros alfas, y con sentir me refiero a que noto esos mensajes sutiles que anuncian territorialismo que otros beta no sentirían más que como una cara poco amigable. Sin embargo, ¿de qué me sirve eso? Nada. Soy más sensible y empático a otros, pero yo no tengo feromonas, ni reacciono realmente a otros. Está bien, te hace un beta más respetado, tanto porque le agradas a los omegas porque les salvas el trasero, literalmente, como que algo en ti permite que otros alfas te reten y te acepten. Creo que así terminé con el grupo de amigos que tengo ahora.

El famoso "Bakualfasquad" como nos llaman en Facebook y Twitter como una broma más. Todos los que rodean al gran Alfa Bakugo Katsuki son alfas. Dicen que podría embarazar omegas con una sonrisa. Yo creo que lo sobrevaloran mucho porque es genuinamente atractivo. ¿Quiénes tienen tiempo de estar tan musculosos en la preparatoria? Además, toca la batería. Pero bueno. Bakugo parece tener desdén a los omegas, aunque yo lo llamo indiferencia. En la escuela pretende que todos son demasiado poco para él, fuera de ella, piensa en los estudios todo el tiempo. Es un nerd, si me preguntan. En fin, el "escuadrón alfas" está conformado por Sero, Kirishima y Mina, todos alfas, todos atléticos, todos atractivos. Y luego estoy yo, el extraño Beta que de alguna forma se coló ahí, Kaminari Denki.

Realmente creo que les agrado, y creo que nos llevamos bien, al menos jamás me han echado en cara qué soy, ni yo a ellos, somos amigos, pero el mundo nos ve como una especie de trama para historia caminante. A todos les interesa quienes serán los futuros omegas de estos prometedores alfas. ¿Yo? Me da igual. Nací de un matrimonio de alfas, así que siempre he pensado que eso del "omega y alfa destinados" no es más que algo impuesto por obvias convenientes razones. Realmente, te enamoras y punto. A menos que no te enamores y punto, que también pasa. ¿Por qué la gente tiene que hacer tanto drama? Ya de todas formas defectuosos como yo abundan, ya nadie tiene alfas y omegas enteramente puros, a menos que la lotería genética haga de las suyas.

—¿Y qué haremos hoy? ¿Karaoke? ¿Fiesta en mi casa? —digo yo, sonriendo como sólo sonrío los viernes que sé que no tenemos proyectos, porque Bakugo nos ahorcaría a todos antes de dejarnos holgazanear con proyectos pendientes. No tengo problema en ofrecer mi casa, vivo solo desde que empecé la preparatoria, mis padres siempre opinaron que me haría bien ser independiente, que me haría más listo para la vida, porque para lo académico no me tienen tanta fe, ni yo me la tengo.

Bakugo me mira con enojo, pero yo sé que no es enojo. Algo en mí se agita cuando me mira así. Bakugo es el epitome de lo que se llama "El chico que podría hacer a cualquiera gay", no soy gay, creo. Me gusta la gente, me gustan cosas de la gente, y realmente sé que soy un pervertido sin remedio. No pienso mucho en eso. Ni en ser beta, ni mi sexualidad, ni nada que sea demasiado engorroso. Luego, toma su mochila echándola al hombro, hace un sonido que suena a "No quiero, pero haré esta cosa estúpida porque no tengo algo mejor que hacer" (Es increíble todo lo que leo en Bakugo, me pregunto cuanto asumo y cuanto en realidad sucede).

—¡Fiesta en casa de Kaminari! —dice Mina, echándoseme encima, es liviana pero el peso de sus senos contra mi espalda pone mi rostro algo rojo como tomate. Es mi amiga, sí. No quiero nada con ella. Pero... bueno, es más contacto del que tengo con cualquier otra chica. No me mal entiendan, no le haría nada, jamás. Y la respeto mucho. Pero, ¡demonios, Mina! ¡No te basta ser alfa, encima atlética, linda, buena bailarina y con un cuerpo sensual! ¿Cómo se puede tenerlo todo?