Me sequé el cabello, me puse mi maquillaje liviano de todos los días (porque vamos, está bien que no estaba emocionada por el primer día, pero tampoco quería espantar a todo el mundo con mi cara de las mañanas) tome mis medias y mis converse negras y me las puse. Tris ya había acabado y estaba tomando su rico desayuno.
Me acerqué a ella y tome la tostada que estaba a punto de poner en su boca.
- ¡Vamos Kels! Sabes que no se juega con la comida de una chica.- Yo me encogí de hombros.
- Es robo a mano armada o comer helado en las mañanas, tú decides. ¿Acaso quieres que tu mejor amiga se convierta en una chica que desayuna helado? Porque eso arruinaría tu reputación.
Ella revoleó los ojos. Yo sonreí y tomé un vaso con jugo de naranja que ella me había servido.
Dulce néctar de la vida.
- ¿Sabes todo de memoria, cierto? - Me preguntó cuándo me senté en la mesa. Sus ojos azules resaltaban por el delineador negro que se había puesto y me miraban fijamente.
- Sí Tris, no soy estúpida. - Ella me miró con una cara de obviedad y yo con una de indignación. - ¡NO SOY ESTÚPIDA! - repetí. Ella arqueo una ceja.
Odio cuando hace eso. Yo no puedo hacer eso. Odio cuando la gente hace eso. Maldita sea.
- "Hola, ¿Qué tal director Franklin? Mi nombre es Kelsey Brooks y ella es Tris Steven. Aunque en realidad no sabemos si esos son nuestros verdaderos nombres ya que nuestros padres nos abandonaron, pero esos son los que formulaban en los documentos."
Tris levantó las manos en un acto de rendición y miró su teléfono.
- "Ambas tenemos 16 años, y estamos aparentando ser hermanas. Nos conocimos en el sucio orfanato en Kansas, pero ninguna viene de allí - reí - Bueno, no sabemos si no venimos de allí porque en realidad no tenemos la más puta idea de donde mierda venimos. Nos escapamos hace un par de meses porque intentaron adoptar a Tris unos idiotas que tenían planes de prostituirla. Robamos las cuentas bancarias de dos empresarios, pero nunca se dieron cuenta, porque Tris es un maldito genio con las computadoras y ni siquiera sé de dónde salió. Compramos celulares que no se pueden rastrear, y un pequeño departamento en un edificio de tres pisos en este pequeño pueblo de mierda que sólo tiene tres tiendas, una escuela y un hospital. ¿El hombre y la mujer que vinieron a inscribirnos? Les pagamos para que se hicieran pasar por nuestros padres. Oh, y nos encanta aprender, de verdad que sí, somos muy aplicadas." - Tris me miró y yo seguí comiendo mi tostada.
- ¿Has terminado con toda tu mierda del sarcasmo? Porque vamos a llegar tarde.
- Si madame, ya he terminado con mi mierda.
- Pues podeos iros a cagar cuando sea de vuestra conveniencia.
- Sera un placer, estaré pensando en usted cuando lo haga. - Pusimos nuestros platos y vasos en el lavabo, tomamos nuestros bolsos y salimos por la puerta.
(...)
- ¿Sabes que odio más que las niñas mimadas de pueblo? Los chicos mimados de pueblo, definitivamente. - Dije mientras llegábamos caminando hasta la escuela. - ¿Y sabes que odio más que los niños mimados de pueblo? Tener que caminar hasta aquí.
- Sólo han sido un par de manzanas. Dijimos que nada de quejas. - Dijo ella sonriendo mirando ilusionada a la escuela.
- ¿Sabes que odio más que caminar hasta aquí? Tu positivismo de mierda. - Ella me miró.
- ¿Sabes que odio yo? Tú, en las mañanas. - Sonreí. - Vamos Kelsey, es la primera vez que venimos a la escuela. Hemos estado encerradas en ese edificio asqueroso desde que somos bebés, por fin vamos a tener vidas normales. Es lo que siempre quisimos.
- ¿Sabes lo que siempre quise? No tener que caminar hasta aquí. - Ella rió mientras estábamos a media calle del bendito edificio. - ¿Por qué no usas tus poderes mágicos con las computadoras, robas por aquí, robas por allá y nos compras un auto? - Ella me fulminó con la mirada.
- Dijimos que nada de todo ese tema en la escuela. - Revoleé los ojos - Y no lo hacemos porque robar está mal, tú lo sabes y yo lo sé. Lo hicimos por necesidad. Y sabes que cuando podamos...
- Vamos a devolver el dinero, sí, lo sé, has repetido eso desde que nos fugamos.
- Anímate Kels... - la miré - Es nuestra gran oportunidad, ¿puedes, por una vez, no actuar como una adolescente de dieciséis amargada y hacer amigos, conocer chicos, ir a fiestas? ¿Por mí?
- Sólo lo hago por los chicos, aunque no creo que haya chicos guapos en este pueblo.
- Hey, los milagros existen.
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Aaron
Vampire- Aléjate de mí. - Su voz era firme, como si lo que acababa de pasar no hubiera pasado. Como si él no me hubiese empujado en contra de los casilleros exigiéndome respuestas de preguntas que no comprendía, y como si después él no hubiera hecho ese li...