-¡KELS!- Oh.Por.Dios. No otra vez. - Kels, juro que si no te despiertas voy a tener que meter tu sucio trasero en la sucia ducha por mí misma, y sabes muy bien que lo haré.- Abrí un ojo y vi a Tris mirándome con las manos en las caderas.
- Hola.- Saludé con una media sonrisa y volví a cerrar los ojos.
- Es en serio, sabes que este metro setenta puede patear tu trasero cuando quiera, levántate. Nuevo día., nueva escuela, nuevos chicos...
- Misma yo.- La interrumpí volviendo a poner mis sábanas en mi cabeza.
- No...- Alargó con tono divertido sacando las sábanas de mi cabeza.
Maldito se el día en que decidí vivir con mi mejor amiga.
- Nueva tú. No quiero negativismo, ni quejas. No quiero que mires mal a las personas y no quiero que estés de mal humor en las mañanas.
- Pues creo que va hacer imposible cumplir tus requisito, mi queridisima mejor amiga, ya que sería cambiar mi manera de ser y como tú siempre dices "Si no te gusto, vete a la mierda"- Finalmente camine hacía el baño, Tris me siguió.
Eso sólo aplica a chicos con malísimo gusto, es decir, ¿A quién no le gustaría esta belleza? - Mientras abría la ducha, ella posó y yo la miré fijamente.
Tacones de aguja, que la hacían ver tres veces más alta, sus piernas eran largas y doradas. Llevaba un vestido estampado con flores de todos colores, el pequeño collar que le había regalado cuando nos hicimos mejores amigas y su pelo rubio estaba perfectamente ondulado.
- ¿A la gente normal? - Ella me miró mal y salió del baño para dejarme ducharme.
Quité mi ropa y la dejé en el cesto. Me metí en la ducha y automáticamente me relaje.
Esto es bueno. Esto es realmente bueno.
Luego de quince hermosos minutos bajo el agua caliente, salí y enrollé una toalla en mi cuerpo y otra en mi pelo. Caminé a la habitación y vi a Tris maquillándose en frente del espejo. le sonreí a través de él y ella arrugó su nariz.
-Eres una exhibicionista, puedes ir presa por eso.
-Claro que no si estoy en mi propio departamento.- repliqué.
Tomé unos jeans ajustados, una camiseta suelta con el número '23' que dejaba al descubierto la mayor parte de mi espalda y saqué la toalla de mi cabello. La dejé tirada en el suelo y me metí de nuevo en el baño.
-¡HEY! ¿Puedes dejar de ser desordenada por una vez en tu vida? Llevamos aquí tres meses y te he dicho más de mil veces que no tires las malditas toallas en el suelo.
Reí mientras me ponía mi ropa interior limpia.
-No soy desordenada, iba a levantarla luego. Llevamos aquí tres meses y tú no puedes dejar de darme órdenes sobre cosas que haré dentro de cinco minutos.
- Pues espero que en cinco minutos esa toalla no éste en el suelo, porque yo no pienso levantarla.
Mentira. podría apostar a que ya lo había hecho.
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Aaron
Vampiros- Aléjate de mí. - Su voz era firme, como si lo que acababa de pasar no hubiera pasado. Como si él no me hubiese empujado en contra de los casilleros exigiéndome respuestas de preguntas que no comprendía, y como si después él no hubiera hecho ese li...