- ¿Cómo que no vieron nada? - susurró Jessica en el teléfono.
- Te lo juro amiga, estábamos con Tomás en el baño besándonos, y escuchamos un golpe y cuando salimos no había nadie, solo Marcos muerto y tampoco estabas vos y nos asustamos, te llamamos pero no contestabas, no sabemos que pasó - le respondía una desesperada Camila, que ya había tenido que dar esta misma declaración horas antes en la seccional de policía.
- No puedo creerlo - murmuro Jess - Esta bien, yo los llamo después, tengo cosas que hacer - colgó y se baño y se cambio rápido, dentro de su apuro eligió ropa decente, como unos jeans azules, zapatillas negras y una campera militar, recordaba donde había ido la anterior vez, pero al llegar abrió los ojos impactada.
¿Porqué demonios estaba el hospital destruido? y... eso no se veía como un hospital. ¿Sus nervios la noche anterior le habían jugado una mala pasada? o simplemente no era ese el lugar... su única torre alta terminaba en una cruz... como una iglesia. Esto no tenia sentido, subió y antes de golpear alguien abrió la puerta.
Ella se quedo mirando sus ojos negros mientras el enfadado la hacia bajar los escalones e ir a la parte lateral de la iglesia.
- ¿Qué estas haciendo acá? - le preguntó el chico.
- Te ví, en el bar, anoche, con el hombre de los tatuajes que mato a Marcos. ¿Eras su cómplice no? - le miro los brazos. - Apuesto a que también tenes esos tatuajes -
El no dejo ver su sorpresa, solo más ira. - No tenes que estar acá, fue un robo, punto final -
- No lo fue. No se llevaron nada. - Jess lo miraba fijamente - y gracias, por salvarme.
La cara de el se suavizo - No es nada Jessica -
- ¿Cómo sabes mi nombre? -
- Lo decia en tu documento, cuando te traje aquí lo mire - dijo el sin siquiera un rastro de vergüenza. A Jessica sinceramente no se le ocurría que podría decir, y dijo lo primero que pensó.
- Sabes mi nombre y yo no se el tuyo -
- Nicolás. Nicolás Verlac - contesto el orgulloso.
Se quedaron mirándose hasta que la tensión se relajo un poco.
- ¿Qué es este lugar? La verdad, no es un hospital, pero me curaron, se ve como una iglesia, pero destruida y yo recuerdo que por dentro era... alucinante, enorme -dijo Jess.
- Mmm es una iglesia, si, pero no de las normales, acá solo vivimos mi familia y yo - contestó Nico mirándola curioso de saber su reacción.
- ¿Porque viven en ... -
No pudo continuar su pregunta porque alguien salió por la puerta y Nicolás la agarró y la puso contra un arbusto y le tapo la boca.
- Nicooooo? - gritó una voz femenina. Era la chica.
- Estúpida Brenda - murmuro el chico y suspiro - Tengo que irme, te veo mañana en la puerta del bar a las 11. Intentaré contestar algunas de tus preguntas.-
Luego de eso salió como si nada y se estiro. - ¿Qué pasa ahora? no puedo correr tranquilo eh!
- Mamá te busca, te va a regañar de nuevo por lo de la chica - dijo Brenda seguido de una risa burlona.
- Callate - entraron y la puerta se cerró.
Una vez en su departamento Jessica encontró a dos policías que le tomaron declaración, dijo todo lo que vio, que fue poco, pero omitió la parte de Nicolás allí, primero quería saber su explicación de que hacia ahí. Los oficiales se fueron y se quedo sola nuevamente. Sola con sus preguntas.
Al otro día se despertó y agarro su computadora, tenía que buscar otro trabajo pronto, todavía tenia el último sueldo entero, pero eso no duraría mucho. Se postulo en algunos y luego aprovecho a limpiar su casa, con todo el trabajo no había tenido mucho tiempo, tenia 17 años y recién ahora se sentía como una chica de su edad, sin mayores responsabilidades que la limpieza . Jessica había tenido una corta infancia, viviendo en diferentes orfanatos toda su vida, hasta que a los 16 se escapó con una chica, también huérfana y consiguieron el departamento y un trabajo, su amiga pronto la había dejado y se había ido con un hombre mayor con dinero, pero ella era feliz siendo libre de cualquier forma.
La noche llegó rapido, y ella estaba lista en la esquina a la hora acordada. Los minutos pasaban y Nicolás no aparecía... de pronto alguien la tomo del cuello por detras y le susurro al oido que hiciera silencio. Despacio la giro y el horror se apodero de Jessica. Dios mio, ese olor, esos ojos ¿Qué demonios era eso? .