Un demonio gigante de color blanco hueso, como un fantasma se aproximaba por la esquina y Jessico no pudo mas que abrir los ojos.
- Sh, no grites, tenemos que correr, es ciego- susurro Nicolás que le había tapado la boca, la tomo del brazo y se echaron a correr, el demonio los perseguía.
El chico maldijo en voz baja y doblo en la esquina, intentando desviarlo. Ella lo seguía pero no podía contener la pregunta...
- ¿Qué demonios es eso?- preguntó agitada
- Excelente elección de palabras - contestó el agitado también - Es un demonio Oni, y basta de preguntas - la apreto mas fuerte de la muñeca y se metieron en un callejón. Se escondieron detras de un cesto de basura y cuando los pasos se acercaron, Nicolás se apoyo más cerca del cuerpo de ella, respirando profundo, sintiendo sus cuerpos tensos, hasta que sintió que los pasos se perdían.
- No podes pedirme que no haga preguntas después de eso, algo está pasando, ¡Hay que llamar a la policía! - Exclamó Jess.
- ¡Bajá la voz y tus preciosos policías no van a poder hacer mucho, ni siquiera los pueden ver, en realidad vos tampoco tendrías que verlos! Eso haría todo más fácil - frunció el ceño y la miro, por primera vez la miro, y vio que era solo una chica, una mundana, que había sido testigo de un asesinato a sangre fría, que no sabia que su ex jefe era un demonio y que no entendía nada de lo que sucedía al rededor, y sin embargo, poseía La Vista, sólo muy pocos mundanos la tenían.
- Hay que encontrar un lugar rápido antes de que empiece a llover- dijo el, iba a intentar explicarle algo.
- ¡No quiero otro lugar, quiero que me digas que hacías ahí, ahora!- grito Jess
- ¡¿Podrías calla...- su voz fue interrumpida por el gigante demonio que se abría paso por el callejón.
- Genial, ¿Ves lo que logras?- irritado, Nico sacó su cuchillo serafín y murmuro el nombre de este a medida que se acercaba al demonio.
Nico corrió hasta donde estaba y esquivo un golpe de un ágil movimiento, y logro cortar la pierna del gigante, el icor no tardo el salir y el demonio retrocedió un paso, pero arremetió con más fuerza contra el chico, quien no pudo esquivar el segundo golpe y cayó contra la pared. Jessica que a penas lograba salir de su estupor, agarro un palo de madera que había en la basura y se acerco para golpearlo pero el demonio era más rápido y tomo el palo y lo arrojo a un costado acercándose a ella. Casi podía verlo reír.
- ¡No tenía ganas de pelear hoy! - exclamo Nicolás y de un saltó se subió al container de basura y de ahí salto con la cuchilla en alto, el demonio lo agarro con las dos manos, pero no fue suficiente, porque Nico ya lo había clavado en su cabeza. El demonio Oni se retorció, soltó a al chico que cayo contra el pavimento, y explotó manchando todo de ese icor nauseabundo.
- Dios mio, ¿Estás bien? - preguntó Jessica y se arrodillo al lado de el.
El solo la miro. - ¿Te parece que estoy bien?-
Jessica lo miro con mala cara y juntos se levantaron y por suerte empezó a llover, así se lavaría toda esa sangre de demonio.
Entraron en un bar de 24 horas y fueron al baño, se lavaron un poco, parecía que habían estado buscando petroleo. Y que lo habían encontrado.
Se sentaron en una mesa y el pidió algo de comer, como si nada y ella solo quiso agua.
- Bueno, lugar seco, comida, habla, por favor, ¿Sos algun tipo de exorcista o que?-
El se rio y miro impasiente esperando su comida. - No, soy un cazador de sombras, somos los encargados de que esos demonios que viste, desaparezcan -
- Osea que ... ¿Hay muchos...demonios.. en Buenos Aires?- preguntó Jess desconfiada.
- En todo el mundo, "el hospital, iglesia" donde estuviste, es un Instituto, por generaciones vivieron cazadores de sombras ahí, solo que la mayoría de los mundanos no le presta atención porque parece derrumbado- explicó Nicolás a la vez que llegaban con su comida y le agradecía a la camarera,
- Es una locura... y.. ¿Qué hacías en el bar aquella noche?-
- Mmm tu jefe era un demonio, menor, es decir, no atacaba personas ni nada de eso, y un cazador de sombras lo mato, creemos que estaba buscando algo, pero no sabemos que, llamaron al Instituto porque un cazador de sombras había desaparecido de Idris y se rumoreaba que estaba en la zona, y cuando asesino al demonio, am, tu jefe, me informaron y fui para allá. - Esto lo dijo con más cautela, había visto la preocupación de ella al hablar del demonio.
- ¿Marcos un demonio? ¡Es imposible, era un buen tipo! - replicó Jess.
- Mhm, de todas formas esta en investigación y esa ya no es mi parte, pero puedo contarte lo que me sepa sobre eso- dijo el con la boca llena.
- ¿Quiénes son los que estaban ese día en el Instituto?-
- Mis padres, y mi hermana Brenda, nos mandaron desde Idris para dirigir este lugar-
- ¿Idris? -
- Es el país de los cazadores de sombras, esta en Europa, luego te muestro-
- Creo que me duele la cabeza- contestó Jessica y se agarro la cabeza con ambas manos.
- Escucha, se que es mucho por procesar, pero te voy a ayudar ¿si? No estas sola.-
Instantáneamente lo miro, había esperado que alguien le dijera eso toda su vida, pero jamás pensó que sería así.
- Ahora - dijo Nico terminando de comer- Tenemos que irnos, sino van a darse cuenta que me fui - Pagó la cuenta y salieron de ahí, la acompaño a su casa y luego de intercambiar números, prometió llamarla al día siguiente, ella subió a su cuarto, pero ya nada parecía lo mismo.
Se baño y se puso su pijama, algo cómodo que la reconfortara, necesitaba pensar mucho. Se acostó y en ese segundo su teléfono vibró, como si le advirtiera que no tendría paz.
Era un mensaje de texto, de Tomás, Camila había desaparecido...