Capítulo Cuatro

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El castaño caminó despacio mientras se dirigía a la cocina del complejo, eran las seis en la mañana y sabía que podría encontrarse con alguno de sus compañeros pero esperaba que no sucediera, después de casi tres meses de tan sólo vivir de donas sabía el sermón que le estaría esperando y no tenía la paciencia para tolerarlo. Entró a la pulcra cocina y tomó una botella de agua antes de dirigirse a su habitación, no era como si su estómago pudiera tolerar algo más después del casi ayuno

-Jefe, el Capitán Rogers pregunta por usted- murmuró la I.A.

-Dile que se puede meter su preocupación por donde le quepa... junto con el prototipo que rechazó- siseó aun dolido por su última discusión, él había estado ocupando sus preciadas nano partículas para protegerle y el imbécil lo había rechazado por miedo... ¡Miedo!

-El Capitán está molesto, se dirige al taller...

-Déjalo querida, por favor bloquea e insonoriza mi habitación, no quiero ser molestado- susurró mientras entraba a aquel lugar que no había pisado en meses

-Como ordene jefe...

Tony se dejó caer en la cama sin fuerzas después de dar un largo tragó al frio líquido. Después de todo ese tiempo su investigación por fin había dado frutos y ahora sólo tenía que esperar a que F.R.I.D.A.Y. terminara de desencriptar aquellas coordenadas por lo que se daría el lujo de un sueño reparador, giró sobre su costado y abrazó su almohada contra su pecho permitiendo que sus fosas nasales aspiraran con fuerza, sabía que ya había pasado demasiado tiempo para que aquel almizcle se conservara pero su mente lo recordaba a la perfección.

I finally found my way
I am bound to you
I am bound to you

Sintió su piel erizarse al recordar aquel aroma impregnado en cada lugar en el que su piel había sido tocada y decorada con preciosas marcas rojizas que evidenciaban la fuerza con las que aquellas rudas manos le había tomado.

-Dijiste que no podría dejar de pensar en ti- susurró a la nada con un suave suspiro

Cada día durante los últimos meses soñó con aquel rubio durante los cortos periodos que se permitía la inconsciencia, cada vez sin excepción despertaba sonrojado, sudoroso y con una incomoda erección... pero esta vez no quería que fuera sólo un sueño. Con calma se quitó la ropa antes de ponerse en cuatro aun abrazando aquella almohada bajo su cuerpo, llevó dos dedos a su boca y los chupó ávidamente con los ojos cerrados imaginando que era aquella gran verga que tanto deseaba y los llevó a su entrada penetrándose de manera lenta pero firme

-Aghhh carajo...- gimió mientras arremetía en su necesitado agujero, podía sentir aquellas manos surcando su piel de nueva cuenta con esa fuerza que hacía notar que ese tacto no era suficientemente íntimo, que al igual que él deseaba que se fundieran en un solo ser, aquellos labios recorriendo su cuerpo y susurrándole lo hermoso y perfecto que es.

-Mierda, sí... más...- susurraba Tony escondiendo el rostro en la almohada sintiendo su vientre tensarse cuando sus dedos encontraron su próstata torturándola incesantemente hasta que sin remedio alguno sintió el delicioso orgasmo golpearle con fuerza haciéndole gritar con la espalda arqueada.

El castaño se dejó caer en la cama con la respiración agitada y una lágrima corrió por su mejilla al sentirse de nuevo vacío. Una vez Yinsen le dijo que era un hombre que lo tenía todo y a la vez nada, era en estos momentos cuando por fin podía comprender a lo que se refería el hombre... Él sólo deseaba amor, deseaba sentirse tan pleno como aquella noche, porque aquel rubio no había profanado su cuerpo, al contrario, le había idolatrado como la cosa más importante del mundo y eso era lo que el genio más anhelaba.

Bound to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora