♡Un destino, dos gemelas♡

2. Dos vidas distintas

12 años después...

[Karolina Cardenas Reyes]

¿Quién a los 12 años posee un Lamborgini?

Esa soy yo. Vivo en una mansion, en un lugar muy pupy, rodeada de todos lujos que mis padres me dan. Ambos son los actores y empresarios más cotizados de la ciudad, ¿me envidian?....No los culpo.

Vivo en Washington d.c y estudio en el colegio más caro de mi ciudad, el George Washington School, donde soy muy popular gracias a mis famosos padres.

La vida simplemente me sonríe de la manera más bella, decir que tuve suerte al nacer es poco.

Lo que yo no sabía, era que a 15 kilometros de mí, vivía una persona muy cercana a mi, a la cuál yo desconocía por completo.

[Mariana Martinez Vargas]

Vivir en Washington en un asco cuando eres pobre. Detesto mi colegio público.

Mi mamá es niñera y con su sueldo no nos alcanza para mis útiles escolares. Voy a la escuela con una bolsa, porque no tengo ni siquiera un maletín viejo.

Por eso muchas veces soy el centro de burlas de la clase, y mis compañeros me hacen bromas pesadas.

- Mariana ven aquí a despedirte, ya me voy a trabajar- grita mi mamá.
- Chao ma, cuídate-
- Recuerda hacer el aseo en toda la casa,  lavar la ropa y cuidar a tus hermanas-
- Si Melissa, ¿algo más?- digo sin interés.
- Nada más, te quiero amor- dice y se va finalmente.

Melissa Vargas es mi mamá, es dulce y cariñosa. A veces me deja llamarla por su nombre. Vale mucho para mi, mucho más que la persona que me dió mi primer apellido, mi padre, a quién sólo veo una vez al año, y nunca se hizo cargo realmente de mí y mis hermanas pequeñas.

- Bueno terremoto y tsunami, estoy a cargo de nuevo, ¿me entienden?- digo a mis hermanas.
- No vas a escapar de nosotras- dice Melody y se avalanza sobre mí, Michelle simplemente la copia y pronto estoy en el suelo con estas dos pequeñas mounstros encima.

Melody tiene 7 y Michelle 5 años, terremoto y tsunami son mis dos apodos para ellas, ya que día y noche causan desastres en la casa y a cualquier parte a donde van. No me dejan en paz nunca, pero a pesar de todo las quiero demasiado.

Somos las cuatro 'super m', Melissa, Mariana, Melody y Michelle. Juntas por siempre. A veces me pregunto por qué mi mamá y mis hermanas, se parecen mucho más entre ellas que yo. Mis rasgos físicos son totalmente distintos. Siempre tendré esa duda sin resolver.

Dos años después...

Las clases terminaron por el día de hoy, voy saliendo del colegio hacia mi casa, cuándo la banda de Robby y sus dos seguidores descerebrados me ataca.

- Hola muerta de hambre, ¿Quieres un poco de mi sandwich?- dice Robby.
- Es rídiculo que siga trayendo su bolsa de plástico a clase- dice Julián.
- ¿Por qué no te retiras de la escuela y ayudas a tu mamá trabajando? Eres tan patetica- dice Lily.
- ¿Por qué ustedes no me atacaron en clase, en frente de los profesores? Pandilla de cobardes- les escupo.
- Cierra la boca Mariana, si sabes lo que es bueno para ti- dice Robby acercandose más a mi.
- Somos 3 contra uno, ¿te parece que eso es justo?- digo por último cuando la pandilla me pone las manos encima.
- Alejáte de ella- dice un desconocido aparecido de la nada, dirijiendose al líder de la banda.
- ¿Qué me vas a hacer?- le reta Robby.

Es rídiculo que Robby vaya a pelear contra él, ese sujeto nos sobrepasa al menos 3 años en edad y se ve muy fuerte.

El desconocido le atina un puño en la cara a Robby, mandandolo en seguida al suelo. Los otros dos dan tres pasos atrás, preparandose para huir.

A Robby le sangra la nariz, este se arrastra hacia atrás intentando alejarse lo más posible del sujeto. Luego se logra levantar.

- Te vamos a hallar Mariana, y esta vez no va a estar tu noviecito para defenderte- grita Robby antes de huir con el resto de ellos.

- Gracias por echarme una mano con eso, de verdad- le digo al desconocido cuando ya estamos a solas.
- Tranquila, no me gusta que jueguen con mi comida- me dice.
- ¿Qué?- pregunto confundida.

Me da una sonrisa malvada y luego me agarra con las manos, empujandome hacia él y acerca mi cuello a su boca.

Siento una ¿mordida?
El chico supciona y chupa mi cuello, después de un rato me suelta. Inmediatamente caigo al suelo, me siento desmayar, el chico se va dejandome sola en medio de la nada.

Siento un dolor agonizante en todo el cuerpo, mis ojos se vuelven pesados, los cierro por última vez, todo se vuelve negro.

La presencia de vampiros cerca del lugar donde yo vivo es escasa, pero igualmente la hay. Ya estaba advertida, pero simplemente no estaba preparada para un ataque por parte de uno de ellos. He sido mordida. Mi vida cambiará por completo en un solo instante.