あ; 𝐅̲𝐄̲𝐀𝐑 ৡ 𝐣𝐞𝐨𝐧𝐠𝐜𝐡𝐞𝐨𝐥 ｡+⸙͎.ˇ

O1

— ¡JeongHan! —gritó enojado el pelinegro.

— ¿Qué? —dice el rubio al llegar a la sala, donde se encontraba su novio.

— ¿Qué estás haciendo? —dice, luego de cambiar su expresión de una enojada a una decepcionada.

— ¿Qué? —responde el rubio confundido.

— ¿Por qué sigues aquí? —luego de unos minutos de silencio vuelve a decir. — ¿No entiendes que soy malo para ti?

Nada dura para siempre, incluso si sé eso no puedo terminarlo.

— ¿De qué hablas, SeungCheol? —responde el rubio.

— Lo volví a hacer.

— ¿Qué?

— Volví a hacerme esa pregunta. —dice con los ojos llenos de odio.

— ¿De qué mierda hablas, SeungCheol? —dice el rubio empezando a perder la paciencia.

— ¿Es necesario seguir fingiendo? —antes de que el rubio respondiera, habló de nuevo. — ¿Es necesario seguirnos haciendo daño? ¿¡Por qué no me dejas de una vez!? ¿¡Eres estúpido!? ¿¡Tienes algún tipo de problema mental!?

— ¡Ya basta! —grita el rubio con los ojos cristalizados. — ¡Ya estoy harto de lo mismo! ¡Sigues haciéndome esto! ¿¡Por qué no puedes aceptar que te amo!?

Quería darte mi corazón, pero solo está causando más dolor.

El pelinegro solo se mantuvo callado, mientras miraba a su novio llorar, como todas las semanas, en realidad. No hacia nada, solo se quedaba a observarlo unos minutos, y luego se iba.

Como justo ahora.

— ¿Qué estoy haciendo mal? —dijo el rubio hablando solo, ya se había vuelto una costumbre. Solo lloraba, mientras pensaba en qué era lo que pudo hacer para que su novio se enojara con él.