• Capítulo 2 •

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Se pudo sentir un tipo de distancia entre los chicos dos semanas después de aquel suceso. No habían hablado más sobre el tema, su comunicación iba diminuyendo poco a poco. Y no era que les molestara la presencia del otro, era que no sabían como actuar por lo sucedido, al menos Johnny no lo sabía.

Se sentía incómodo al pensar en lo que su hermanastra le había hecho sentir. Aún se preguntaba con que intenciones había hecho tal pregunta.

Un silencio se formaba mientras ambos comían en la mesa del comedor, a diferencia del día en que se conocieron, el silencio si se había vuelto incómodo esta vez.

—¿Sigues enojado?—Preguntó Hannah, con la mirada baja puesta en su plato de sopa caliente.

—Yo... no estoy enojado—Respondió Johnny observándola de reojo.

—No entiendo por qué últimamente estás tan distante, ¿fue por mi pregunta? Johnny, no quiero arruinar esto que hay contigo—Dijo buscando su mirada.

—¿Arruinar lo qué hay conmigo? Ahora el que no entiende soy yo.

—Si, lo qué hay contigo. Te considero como un amigo. En efecto, mi primer amigo. No entiendo por qué te ha molestado tanto mi pregunta. Creí que podía confiar en ti y preguntar todo lo que quisiera.

—Te he dicho que no me ha molestado, pero es un tema que yo no podía explicarte. No sabía como te informaba tu padre sobre... ese tema en específico—Respondió llevando su vaso de agua a la boca.

—¿Qué tema?—Preguntó Hannah.

—Ya sabes... sexualidad.

Hannah se atragantó un poco con su sopa al escuchar dicha palabra. Aceptaba que su padre nunca le había hablado de sexo, nunca había tenido "la charla", y lo único que sabía era que el sexo era cuando dos cuerpos se juntaban para reproducirse.

—¿Estás bien?—Preguntó Johnny.

—Si, es solo que el tema me ha sorprendido un poco.

—Lo mismo me pasó con tu pregunta—comenzó a reír—¿de verdad nunca te han hablado sobre sexo?

—No.—negó.—Todo lo que sé es por medio de mi institutriz y mi padre. No puedo investigar en internet porque ya sabes... está restringido y mi padre controla todo lo que veo.

—Es que no puedo creer, Frank te tiene viviendo bajo una roca. ¿Iras a la universidad? Algún día tendrás que salir de aquí y no podrá detenerte.—Habló Johnny.

—Lo sé, pero no logro hacerlo entender...

—Con esta información supongo que nunca has dado ni siquiera tu primer beso, ¿o si?

Hannah comenzó a sonrojar sus mejillas, una vez más bajo la mirada y comenzó a jugar con la cuchara de su plato para evitar cualquier tipo de contacto visual con el chico frente a ella.

—Es que me resulta sorprendente. Tu padre no comprende que te está haciendo perder tu juventud. Hannah, los años pasan, el tiempo no se detiene por nadie y el tiempo jamás perdona.

Sin saber que responder, la chica levantó su plato de la mesa en dirección a la cocina para lavar los cubiertos. Johnny caminaba detrás de ella, tratando de hacerle entender que tenía que vivir su vida al máximo. No intentaba que saliera todos los fines de semana, o que viviera todo el tiempo de sexo, o que tomará alcohol todo el tiempo. Pero si quería que supiera que tenía que disfrutar los placeres de la vida.

—Es qué hay cosas tan sencillas que te hacen disfrutar la vida—La siguió por la escalera.

—Ya lo entendí, pero nada va a cambiar ¿comprendes? Hace tiempo que entendí eso.

Johnny, ¿resuelves mis dudas? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora