Johnny, ¿resuelves mis dudas?

• Capítulo 3 •

Johnny se había quedado completamente inmóvil sin saber que hacer ¿Qué le diría a Hannah por lo ocurrido? Sabía que era algo que algunas veces necesitaba el cuerpo para quitar el estrés o simplemente cuando una persona sentía simple deseo sexual. Había sido un estupido error de su parte el no cerrar la puerta correctamente.

Se sentía como un depravado. Entró en la ducha con el agua fría cayendo en su cuerpo con la esperanza de pensar con claridad o buscar la manera de estar frente a ella y actuar natural. Esto había sobrepasado los limites, la duda de saber si Hannah había visto su miembro lo consumía.

Frank y Susan anunciaron su llegada, habían comprado comida de camino a casa. Era un viernes por la noche, y habian tomado un descanso de la jornada de trabajo para disfrutar de la opera.

Llamaron a Johnny y a Hannah para que bajaran a cenar con ellos, mas no obtuvieron respuesta de ambos chicos. Podría suponerse que aquella situación había sido vergonzosa para ambos.

Hannah por su lado se reprochaba el no haber tocado la puerta antes de entrar, aquella imagen de su hermanastro con los ojos cerrados y sus dientes mordiendo su labio inferior la había dejado con una nueva duda, ¿Qué nombre llevaba lo que estaba haciendo?

Susan subió hacia la habitación de Hannah para invitarle nuevamente a cenar, obtuvo como respuesta un "no, gracias, no tengo hambre" continúo hacia la habitacion de Johnny a invitarlo a cenar también, mas obtuvo la misma respuesta. Ambos chicos se estaban evitando. Resignada fue hasta su habitación compartida con Frank.

Pasada la medianoche el apetito de Hannah fue mucho mas fuerte que la vergüenza que sentía. Bajo con su pijama de seda por algo para beber, sin embargo no podía dejar de pensar en la imagen en su cabeza, ¿Por qué?

Sentada en la mesa del comedor sintió los lentos pasos de alguien acercarse. El apetito del chico también había despertado después de haberse ocultado en su habitacion por largas horas. Para suerte de ambos la luz de la cocina se encontraba apagada, evitando que sus imagenes de mejillas sonrojadas no fueran notadas el uno por el otro.

Johnny se adentró en la cocina abriendo la nevera para tomar tan solo un vaso de agua. Observó a Hannah ponerse de pie dispuesta a marcharse con su vaso de leche. Tenía que aclarar lo ocurrido aunque le pareciera lo mas vergonzoso que haría en su vida.

—Hannah—Susurró para evitar que sus padres los escucharan.

La chica volteó instantáneamente al escuchar que le llamaban.

—Tenemos que hablar—Siguió  susurrando.

—Tengo mucho sueño—respondió ella, tratando de evitar el incomodo momento que se aproximaba—hablamos mañana, ¿está bien?

—No, tenemos que aclarar lo ocurrido de una buena vez—respondió él—vamos al sótano.

Se acercó a ella y ambos caminaron con direccion hacia el sotano. Al entrar ahí nuevamente se sintió un silencio incómodo, al encender la luz podía ver como Hannah mantenía la mirada baja en todo momento.

—Bien—Habló Johnny—Primero que todo...

—Lo siento, perdón por abrir la puerta sin tocar antes—Interrumpió Hannah.—De verdad siento mucho haberte puesto incómodo.

—Sé que no fue tu intención, fue mi culpa.

—Johnny sé que no es el momento y tal vez esto te ponga mucho más incómodo pero, ¿qué nombre lleva eso que estabas haciendo?

Johnny tomó un largo suspiro. Una vez más ella atacando con sus preguntas.

—Hannah querida, siempre me dejas sin saber que responderte—Habló Johnny.—¿Sabes? Si tu padre te dejara tener una vida normal esto no sería tan incomodo para los dos.