Capítulo 31 •Epílogo•

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Han pasado exactamente diecinueve años desde la partida de la familia Salazar, éstos al llegar a México se instalaron en la antigua casa en la que vivían antes y la cual se encontraba en la ciudad de Guanajuato, donde no sólo se reencontraron con sus familiares sino que también iniciaron una nueva vida ; Darío con junto con la ayuda de su hermano Pepe y su cuñada Lorenza, abrió una taquería llamada Delicias de Vera en honor a su difunta esposa, Tomás y María terminaron el último año de preparatoria que les restaba y el año siguiente ambos se inscribieron en la universidad del lugar ,donde Tomás estudió derecho y María ,ingeniería industrial. Después de unos años de quemarse las pestañas y de trasnocharse (Cinco años para María y seis para Tomás) los hermanos Salazar se graduaron y consiguieron sus tan esperados títulos universitarios y con el tiempo y a raíz de los muchos intentos , Tomás consiguió trabajo como notario en Michoacán a los veinticinco y luego dos años después él se casó con una abogada que conoció allí llamada Ofelia ,con quien tuvo dos hijos ; Marcus y Magdalena, mellizos de tres de años edad.

Mientras que María, ella consiguió un trabajo en una empresa en Culiacán a los veinticuatro , parecía ser un trabajo estable y con buen rendimiento económico y sí que lo fue, ya que después de tres años de arduo esfuerzo y dedicación a ésta le otorgaron el puesto de gerente de operaciones , puesto en el que ganaba dos veces más de lo que le pagaban por ser una asistente. Pasaron cuatro años desde que María obtuvo aquel puesto y las habilidades de la azabache dejaban sorprendidas a las personas, aveces podía ser algo estricta pero nunca dejaba de lado su sonrisa que se volvió parte de su perfil, la empresa prosperaba y aquello trajo oportunidades con una de sus empresas socias del extranjero lo cual llevó a que los empleados con puestos fundamentales de la empresa tuvieran la oportunidad de hacer un viaje de negocios.

Por supuesto que María era una de ellos y la azabache no perdió el tiempo y se apresuró a preparar todas sus cosas para viajar a su destino el cual era Estados Unidos en el estado de Nueva Jersey. Aquella noticia de viajar nuevamente a Estados Unidos le había hecho despertar algunos recuerdos de cuando ella estaba en el segundo año de su puesto ,año en el que había recibido nueve cartas , ocho de ellas correspondían a sus amigos más queridos y la novena era nada más que de Patrick, en ellas los chicos le contaban a María como les iba en sus vidas ; Bill estaba en proceso de convertirse en un escritor reconocido , Mike había decidido ir por el camino de la justicia y la ley convirtiéndose en un oficial de policía, Eddie trabajaba como gerente en un hotel de lujo, Richie se había convertido en un presentador de televisión y se había prometido ir más allá con la intención de ser un famoso comediante, Ben había ido por el camino de la arquitectura y estaba luchando para convertirse en un arquitecto muy importante , Stan trabajaba como contador en una empresa y por último estaba Beverly, ésta le contó que se había mudado con su tía y que al principio trabajaba en una tienda departamental y que un tiempo después gracias a los consejos de la dueña de la tienda, ella pudo abrir su propia tienda y tener su propia línea y ahora estaba en proceso a convertirse en una diseñadora famosa.

Por otro lado la carta de Patrick contaba que el pelinegro se había ido de Derry junto a su madre cuando éste cumplió los veinte, le contó que ellos vivían bien en otra ciudad y que tenía un buen trabajo que los ayudaban a mantenerse , además de que él la extrañaba demasiado, aquella carta y la de sus amigos, María las conservó con cariño durante esos años , aún con la esperanza de volver a ver a su amor de la juventud y reencontrarse con sus amigos.

Pero regresando a la realidad, María había llegado a su estadía en Nueva Jersey hace un día , era un hotel ni tan lujoso ni tan simple y en éstos momentos ella se encontraba desayunando mientras hablaba por teléfono con Tomás.

La Chica del vestido Rojo - Patrick HockstetterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora