Reto #5 Háblame con las manos

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Un día normal de un chico intentando llegar a clases, ese día era Viernes en Venezuela.

(...)

Me bajo del bus a toda velocidad hiperventilandome, arrojo mi bolso al otro lado y me salto la cerca. Me detengo de golpe y me escondo detrás del árbol al ver al portero.

Si me veía no me dejaría entrar, siempre llegaba tarde ¡Creo que ha gastado todos los pases conmigo!

Cuando miró a lo alto del árbol veo una chica colgada arriba de mí, doy un brinco del susto, ella también se sorprende al verme y esta vez se acomoda de forma vertical en la rama y no guindando de ella. Mi ruido había alertado al portero así que decidí subir al árbol  para esconderme.

— ¿También te escondes del portero? — le susurré a la chica a mi lado—.

Pero al parecer ella no me escucho. Detallandola distingo entre su pelo rizado un aparato auditivo.

Le coloqué la mano en el hombro.

— ¿Hola? Te estoy hablando.

Ella se arrejunta a mí y coloca su mano sobre mi boca y con la otra me hace señas para que me callara.

El portero pasa justo debajo de nosotros y no logra vernos. Lentamente ella retira su mano pero no me habla. Señala hacía el suelo y lentamente comienza a bajarse del árbol, yo voy despacio siguiéndola.

Ella aterriza con gracia en el suelo sin hacer ningún ruido, yo prefiero bajar por el tronco porque no tengo tanta sutileza al caer. Nuestras cabezas giran observando todo y hasta el momento el camino parece estar libre.

— Corremos a la de tres ¿ok?

Ella asintió.

— Uno, dos ¡tres!

Ambos corrimos hasta la puerta, llegue con rapidez pero ella se queda atrás el portero la había detenido.

¡Rayos!

Me quedo atento observando todo, pero el portero solo la saluda y la deja pasar.

¿Cómo rayos? ¡A mí siempre me manda a dirección!

Me quedo esperándola en los pasillos y al verla me le pongo de frente.

— ¿Eres bruja? —Le pregunté—.

Ella ladeo la cabeza ofendida.

— Eres la única persona que no ha tenido que sobornar al portero para poder pasar.

Mi chiste le causo risa, era una sonrisa muy peculiar ya que ella levantaba mucho las cejas al reír.

— ¿Cómo te llamas? ¡Tienes que ser nueva porque nadie acostumbra a subirse a los arboles al estilo Ninja por aquí!

Ella me hace una seña extraña colocando su mano en forma de C o de binocular levantándola de su ceja hasta su cien.

— Ya estamos adentro, puedes hablarme normal no tienes que usar señas.

El timbre suena a lo lejos, apenas se escucha desde la entrada giro mi cabeza pero mi amiga esta como si no hubiera escuchado nada. Mira su reloj y se despide con la mano.

La veo caminando y me siento extraño de que ella no me hablara. En teoría solo me hizo señas... Inusual.

La primera hora en Historia y Ciudadanía es eterna, me senté de último para que nadie me viera babearme mientras dormía sobre el pupitre. Cuando salgo del salón de clases dejo caer el bolso para darme un buen estirón. No podía creer que todavía me faltaban tres clases más.

Travel Trough the UnWritten #DreamyA20Donde viven las historias. Descúbrelo ahora