•Cap 5: Contrólate.

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"La mente es muy poderosa, su poder sobre nosotros es ilimitado. Tú tienes el mando, no dejes que ella lo tome. Gobierna tu mente o ella te gobernará a ti."
R.V.

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—Y así fue mi día Sr. Frederick... Se que hice mal. Pero, no pude evitarlo. Tiene que entenderme.

—Si, te entiendo Jayden. Pero espera, ¿Estas siguiendo el tratamiento con las pastillas que te receté?

—Ammmm... Claro, todos los días sin falta.

—Bien... Entiende algo. Tú eres un especial y gran niño. No puedes estar confiando de cualquier persona, ni mucho menos dejarte llevar o prestar atención por lo que dicen de tí. Muchos no te conocen Jayden y no saben lo buena personas que eres o puedes llegar a ser, sólo conocen una pequeña y la peor parte de tí. Te molestan por ser diferente, pero vamos, ser diferente no es malo. Así que ignoralos, se que ya lo haces. Pero, lo haces forzado de una manera en la que igual te afecta. Sólo retienes todo un tiempo y luego explotas.... Pórtate bien, que si te lo propones puedes hacer que esto termine. El poder de nuestras mentes es infinito pero sólo tú puedes controlarla, no debes dejar que esta te domine. Hazlo y notarás cambios. Es complicado, lo sé, pero si quieres buscar gente buena que te quiera debes saber controlarte.

Lo escucho con atención y cabizbajo asentí. —Gracias doc.... Le agradezco su comprensión y consejos.

El Sr. Frederick es el hombre más sabio que conozco, le tengo un gran cariño y respeto. Fué el que me diagnosticó esquizofrenia, es el único al que puedo confiarle todo. Siempre me escucha. Tiene unos llamativos ojos casi grises acompañados con un rostro que esta repleto de pequeñas arrugas, marcas por sus tantos años de vida. El tiempo pasa y cada vez le queda menos tiempo en este mundo y quiero aprovechar junto a él, el máximo tiempo posible.

Pasamos unos 3 minutos charlando hasta que porfin salí de la consulta. Salí, y de inmediato entró mi padre a hablar con el doctor.

Luego de unos 5 minutos salió y me miro con decepción. Pues se veía algo molesto. Se nota que no me entiende. Ahora, me preparo para lo que viene.

Al salir, subimos al auto. Me senté en los asientos de atrás y rápido saqué los audífonos antes de que me comenzarán a hablar o algo. Mi papá subió, encendió el carro y nadie emitía ninguna palabra, lo único que se escuchaba era la poca música de mis audífonos.

—Hijo.
—¿Si?
—No, no es nada. Olvídalo.

Lo ignore y me dispuse a observar el atardecer por la ventanilla del auto, el contraste de los distintos colores en el cielo es lo más hermoso.

Trataré de estar tranquilo luego de este día tan loco. Por ahora solo me sumerjo en mis pensamientos, dejándome caer en ellos... ¿Y si Toni dice que fuí yo? ¿Y si el bullying se vuelve peor de ahora en adelante? ¿Cómo se tomará lo que hice mi madre...? Tengo muchas preguntas... La verdad me siento muy sólo, necesito de alguien. No sabía de lo importante que es tener alguien que te comprenda, escuche y apoye hasta que lo pierdes todo. Para muchos será muy fácil conseguir compañía de un amigo. Pero, para mí es la tarea más complicada desde que todo el mundo me ve como el raro, el loco.

El sonido del auto apagado me saca de mis pensamientos. Llegué a casa.

Tomo mi mochila y salgo del auto. Entro a casa y mi madre está sentada frente a la tv viendo una película.

—Hola hijito.— Se acercó a mí dándome un dulce beso en mi frente.

—Hey mamá ¿Todo bien?— Le dí un abrazo.

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