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Ese fue el mejor beso que di inesperadamente, el sabor de sus labios era mejor, además encajaban en perfección con los míos, ambos llevábamos el mismo ritmo sin parar. Con la mano que tenía en su cintura la levanté, enrollo sus piernas en mi cintura y la sujeté con ambas manos para no dejarla caer.

Me separé un poco de sus labios para verla, sus ojos estaban llenos de pasión y yo quería más- Entonces...- jadee cansado- ¿No te gusto?.

- Para nada.- respondió jadeando a falta del aire.

- Tu sí me gustas...- respondí viendo sus labios. Su mano derecha se detuvo en mi mejilla, me jaló hacía ella para seguir con el beso, su brazo izquierdo lo pasó sobre mi hombro derecho para abrazarme más hacía ella.

Nos besamos sin parar por horas, sólo nos separábamos para respirar, sólo para eso. Cada beso era diferente, mejor que el anterior pero sin quitarle lo perfecto.

- Sí.- dijo separándose de mí cansada, respiraba pesadamente mientras sus manos iban a mis mejillas, me veía a los ojos como yo la estaba viendo, sus labios estaban rojos pero aún así quería seguirla besando.

- Sí ¿qué?- pregunté.

- Sí me gustas, siempre me has gustado.- respondió y luego volvió a besarme. Estaba feliz, ya lo sabía pero escucharlo de ella fue mejor.

Me quedé con ella esa noche, sus padres no estaban por que se fueron a un crucero y su hermano se fue con su novia a unos días de campo con sus amigos.

Empezamos a ser novios cuatro días después de eso, le dijimos a los chicos después de formalizar y estuvieron felices por nosotros, desde entonces habíamos estado juntos para todo.

Llevamos un año dos meses andando y nunca habíamos tenido una pelea hasta que Leila regresó a nuestras vidas. Sigue en la misma escuela sólo que nos ignoraba tanto como nosotros a ella, hasta que volvió a hablarle a Josh, le dijo un par de cosas sobre mí que hasta ahora no sé pero él me pidió que la tratara como una amiga, cuando Aria lo supo no le pareció y por eso discutimos.

Jamás habíamos peleado y ahora, gracias a mi idiotez de salir con Lelia, ella está más que enojada. Sé que no debió de ser ella pero quería que me volviera a dirigir la palabra, no lo había hecho hasta que me vió en el centro comercial saliendo del cine de la mano de Leila, estuvo mal y lo acepto pero no supe que más hacer.

Amo a Aria, no quería lastimarla pero todo salió mal. No sé ni cómo explicarle por que salí con ella aunque sé perfectamente la razón, es más difícil de lo que pensé, hubiera invitado a salir a Jennifer pero no me pareció que llamaría su atención como Leila. Todo está mal y tengo que solucionarlo.

- No sé, sólo quería que me hablaras de alguna forma.- recargué mi frente en la puerta esperando una respuesta... nada- No supe que más hacer, Aria por favor, ella no significa nada, lo sabes...- susurré.

Un sollozo se escuchó del otro lado de la puerta, sentí como un dolor empezaba en mí pecho... la había lastimado- Vete.- su voz se había quebrado, necesitaba verla.

- No me hagas esto, por favor...- estaba suplicando y ella no entendía.

- Que te vayas.- reiteró más fuerte, podía sentir su odio atraves de la puerta.

- No, no me iré, no así.- algo se movió en el interior, sabía que abriría la puerta, me despegué de ella y esperé.

Del otro lado salió una pequeña figura, era ella, tenía los ojos rojos por llorar y el maquillaje corrido- Vete. Ahora.- sentenció.

- Por favor, no hagas esto. Te necesito, acabo de cometer el error más grande de mi vida y lo sé, sólo quería que me hablaras, pudo ser otra chica pero fui muy idiota como para pensar eso dos veces.- me callé para formar otra idea que me ayudara a que me perdonara, pero no la había- Por favor... te amo.- susurré.

Apretó los ojos con odio, intenté acercarme a ella y solucionarlo o aunque fuera besarla pero se alejó- No, no me amas. Si lo hicieras no hubieras hecho esto, ahora vete, esto se acabó.- azotó la puerta quebrando todo lo que tenía dentro.

Un vacío recorrió mi cuerpo y no pude más. Rogué por horas en su puerta para que abriera, la única persona que me abrió fue su madre, me pidió que me fuera y que mañana la buscara para solucionar lo que había pasado, no quería pero lo hice.

En mi casa lloré, jamás lo había hecho pero me sentía roto, sólo la recordaba viéndome con desprecio, sus ojos transmitían su odio hacía mí y luego decía "esto se acabó" una y otra vez.

Cuando mi alarma sonó supe que me había quedado dormido, asistí a la escuela, ella no fue lo cual no me pareció nuevo. Josh intentó animarme todas las clases pero no lo logró, los demás sólo se sentaban a mi lado y no decían nada, eso era mejor que soportarlos haciendo tonterías como Josh, no necesitaba que me animaran, sólo quería comprensión y ellos me la daban.

De regreso a casa la llamé pero jamás respondió. Intenté mil veces, al menos veinte veces al día la llamaba y dejaba mensajes en su buzón, aveces iba a su casa, me quedaba viendo a su balcón esperando a que saliera pero no lo hacía. Las semanas pasaban, no dormía, comía poco, la llamaba, iba a su casa pero un día perdí la esperanza de verla o de hablarle una vez más.

Un lunes desganado llegué al salón donde me tocaba mi primera clase, me senté con mis amigos a platicar un rato, nadie mencionaba nada de Aria para no lastimarme y hasta ahora había funcionado.

- ¿Hicieron la tarea?- preguntó Alonso.

- No, jamás la hago.- respondió Freddy mientras subía las piernas a su pupitre.

- Tampoco.- respondí.

- Conociendonos, nadie la hizo.- afirmó Alan.

- Yo la hice.- Jos sacó su cuaderno y se lo dió.

- El único cumplido- se burló Josh.

- Al parecer.- reí.

- Gracias, bro.- lo tomó Alonso y se sentó en su banca a copiar la tarea.

- Pero ¿qué?...- dijo Freddy sentándose correctamente en la banca. Todos se quedaron en silencio viendo al frente del salón sorprendidos, en ocasiones me veían y regresaban la vista a lo que estaba ahí incrédulos.

- ¿Qué pa...- no terminé de formular mi pregunta por que al darme vuelta contemplé a una bella Aria sentada en una de las bancas del frente.

- Oh, no...- habló Josh- Otra vez no.

Sabía a lo que se refería, estaba a punto de caer en lo que ya había salido hace unos días. Mi estómago estaba revuelto y no sabía que hacer.

Sentí como me tomaban del brazo.- No vayas.- me advirtió Jos, ya estaba yendo hacía ella.- Ahora no es buen momento.

- Ve tu.- le dijo Alan- Siempre te contaba todo a ti.

- Eso es cierto.- afirmó Alonso viéndola aún asombrado.

- Ve.- le dijo Josh. Antes de irse me vió esperando una señal de afirmación, asentí como respuesta, caminó hasta ella y por un rato platicaron, sé que en un rato sabría todo pero me mataban las ganas de estar ahí con ella.

One More Time (Bryan Mouque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora