Capítulo 2. Normal

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La semana estaba por terminar, era viernes, la desagradable sensación de que alguien me vigilaba por fin había desaparecido y hoy saldría con Elina después de clases, luego me quedaría con ella por la noche, así cerraríamos la semana con broche de oro.

Llegué temprano a clases, como siempre; hoy tendría solo tres clases así que saldría un poco antes de lo acostumbrado pero tendría que esperar a Elina una hora extra ya que ella tendría cuatro clases y nos iríamos juntas en mi auto al terminar. Pasó una clase, luego otra y la última; cuando acabaron me fui a uno de los pequeños patios poco concurridos de la universidad, encontré una banca vacía y decidí acostarme ahí a escuchar música con mis audífonos, esperando a que Elina terminara su clase. Cerré los ojos para que la luz no me molestara demasiado, el día comenzaba a nublarse y aún así los rayos de sol que se filtraban entre la nubes brindaban una brillante e intensa luz; me concentré en la melodía que sonaba en mi cabeza y sin pensarlo empecé a tararearla en volumen bajo.
Terminó la canción y siguió otra, y luego otra; las canciones pasaban y el tiempo se me hacía eterno cuando normalmente se me pasaba volando; decidí no verificar qué hora era o solo me pondría ansiosa así que seguí escuchando música, con mis ojos cerrados, esperando no quedarme dormida ahí mismo.
- ¡Oh por Dios! - casi grité cuando sentí un gran peso caer sobre mi abdomen y abrí mis ojos por reflejo, lo que me hizo arrepentirme de inmediato por el cambio de luz intenso pero que también me permitió ver a Elina sentada sobre mí - ¡Eli! Me vas a dejar sin aire - le dije algo sofocada aunque con un tono divertido, ella siempre era así, algunas veces más brusca que otras.
- ¿Acaso me estás llamando gorda? - respondió con fingido asombro, quitándose de encima mío; me enderecé y me aparté a un lado para que ella se sentara conmigo.
- Pues no es como que seas ligera como una pluma - reí mientras le daba un ligero empujón y ella rio también.
- ¿Y bien? ¿A donde iremos esta tarde?
- No lo sé, podemos ir al cine o quizás de compras, ¿qué crees que sea bueno? - desconecté mis audífonos del móvil y los enrollé con cuidado para poder guardarlos en mi mochila.
- No importa mientras que comamos algo primero.
- Entonces, ¿qué te parece si vamos a comer sushi, luego recorremos algunas tiendas y si nos dan ganas nos metemos al cine antes de ir a tu casa?
- Me gusta el plan.
- ¿Nos vamos? - le pregunté levantándome de la banca.
- Claro - me dijo ella levantándose tras de mí. Se detuvo un segundo cuando un mensaje llegó a su celular y frunció ligeramente el ceño.
- ¿Pasa algo?
- No - respondió ella tomándome del brazo y así comenzar a caminar a mi lado -, es solo que había olvidado mencionarte que invité a Lexie.
- Esta bien - me quedé callada unos segundos y volví a hablar -. ¿Quién es Lexie?
- ¿No la recuerdas? Lexie, era nuestra vecina cuando éramos pequeñas, iba con nosotras a la escuela.
- Claro - los recuerdos llegaron a mi mente rápidamente -, fuimos amigas hasta que ella se mudó lejos.
- Así es, me la topé hace un par de días, estará cerca por un par de semanas y la invité para ponernos al día.
- Que bueno, era una gran chica, a veces lamento no haber mantenido el contacto con ella - hablé con sinceridad; Lexie solía ser buena amiga de ambas hasta que se mudó fuera del pueblito donde vivíamos por lo que cambio de escuela también y perdimos contacto.
- También yo, pero la veremos esta tarde - dijo Elina con algo de emoción en su voz, ella solía ser más unida a Lexie de lo que yo lo era, ambas se conocían desde antes de que yo llegara a la misma calle y a la misma escuela -. Le avisaré que la veremos en el centro comercial y se quedará esta noche con nosotras.
- Perfecto, como en los viejos tiempos - sonreí entusiasta, sacando las llaves del auto de mi mochila para poder abrirlo y que Elina y yo subiéramos a él.

Antes de ir al centro comercial, Elina y yo nos pasamos por mi casa para que pudiera dejar mi mochila, buscar una pijama y algo de ropa para el siguiente día. En el camino, Eli recibió otro mensaje de Lexie, diciéndonos que llegaría un poco tarde pero que nos veía en el restaurante y que no nos preocupáramos para esperarla a comer pues sabía que Elina puede ponerse un poco loca cuando tiene hambre.
Ya en el restaurante, ordenamos todo lo que comeríamos y en cuanto nos trajeron la comida, Lexie apareció, Elina y yo nos levantamos para abrazarla y ella nos correspondió el abrazo, parecía feliz de vernos al igual que nosotras lo estábamos.
- Es tan lindo verlas después de tantos años - nos dijo cuando volvimos a tomar asiento -, por favor, quiero que me cuenten todo lo que ha pasado en mi ausencia.
- Pues creo que todo ha seguido muy normal - respondí yo con una sonrisa.
- ¿Estás mejor después de lo de tu hermano? - preguntó ella pero de inmediato se arrepintió - Lo siento, soné muy insensible, no era mi intención - le brindé una media sonrisa intentando tranquilizarla.
- Esta bien, ustedes estuvieron ahí después su muerte y me acompañaron cuando... mm... con todo lo que sucedió después, pero ahora estoy bien al igual que mi familia y todo ha vuelto a la normalidad.
- Que bueno, Maya, y en serio perdón, no quise sacar el tema así - se sonrojó un poco y yo tomé su mano sobre la mesa para darle un ligero apretón.
- Tranquila Lexie, no fuiste grosera - le sonreí y ella me sonrió, solté su mano y nos quedamos calladas por dos minutos, cuando nuestro mesero volvió para darnos nuestras bebidas y tomar la orden de lo que Lexie quería.
- Bueno Lexie, ¿y tú qué cosas nos cuentas? - preguntó Elina cuando el mesero se retiró. En seguida, Lexie comenzó a contarnos cómo era el nuevo lugar donde vivía ahora, sus nuevos amigos y todas esas cosas.
- No es muy diferente a este lugar, sinceramente - respondió haciendo un extraño gesto que no supe descifrar -; pero soy feliz ahí, aunque me encantaría haberlas llevado conmigo - Eli y yo le sonreímos, a ambas nos habría gustado estar con ella más tiempo.
- A nosotras nos habría gustado que te quedaras, habríamos vivido más cosas juntas y quien sabe, hasta pudimos haberte visto siendo novia de Wyatt en algún momento - le dijo Elina, jugando con ella; Wyatt era un chico que iba con nosotras en la secundaria y al que le encantaba Lexie, siempre intentaba conquistarla, era muy tierno, pero a ella no le agradaba de ese modo.
- Lo siento, me agradaba Wyatt pero de no haberme ido, no habría conocido a mi novio - soltó Lexie y Elina casi se atraganta con su comida.
- ¿Por qué no empezamos esta conversación por ahí? Cuéntanos todo sobre el chico - por alguna razón, a Eli siempre le gustaron los temas románticos y le emocionaba escuchar las historias de cómo se conocían las parejas, sobre todo si eran personas que para ella eran importantes.
Lexie comenzó a contarnos acerca de su novio Caín, no entró en muchos detalles como a Elina le habría gustado pero tanto ella como yo estábamos felices por Lexie; al verla mientras hablaba de él pudimos darnos cuenta de lo enamorada que estaba y lo feliz que la hacía.
- Es... especial, sonará estúpido pero no es como otros chicos y de verdad lo amo.
- Aaaw, Lexie, eso es hermoso, se nota tu felicidad y amor por él - le respondió Elina tomándola de ambas manos para darle un apretón.
- Debemos conocerlo algún día - hablé. Lexie asintió y nos dijo que le encantaría, prometiendo que haría todo lo que pudiera para traerlo la próxima vez que ella volviera.
La conversación siguió en el mismo tema. Parejas. Lexie le preguntó a Elina si tenía uno y ella respondió que no por el momento, pero que había un chico súper lindo que a ella le gustaba y el chico parecía estar interesado en ella también, le contó que se conocieron en una clase y se empezaron a hablar después de que él encontrara tirado en el piso un examen de Eli, desde ahí no han dejado de hablar pero ninguno se ha atrevido a dar un paso más allá a pesar de los que los dos han dado indicios de su atracción por el otro. Cuando mi turno llegó fue un intercambio de palabras más breve; tenía poco más de dos años de estar soltera completamente, había llegado a tener alguna clase de relación física con dos o tres chicos durante estos tres años, pero nada más, sin romance para mí.
Terminamos esa conversación y pasamos a otra mientras seguíamos comiendo lo que nos trajeron minutos atrás; hablamos de por qué Lexie y su madre se habían ido del pueblo pues solo sabíamos lo que nuestros padres nos habían dicho, tuvimos nuestra despedida, claro, pero realmente nunca habíamos hablado de la razón de su partida; también hablamos un poco sobre mi hermano, recordamos aquellos tiempos en los que él nos cuidaba a todas siendo solo unas niñas, mis amigas lo querían mucho. Y así siguió nuestra charla, íbamos de un tema a otro y parecía que jamás tendría fin, lo que era bueno, me gustaba hablar con mis amigas y saber que sin importar de qué habláramos, podíamos hacerlo por horas y horas.

Bright eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora