TRADUCCIÓN.
Vegeta es un Príncipe Saiyajin, pero a diferencia de otros miembros reales de su raza, es extremadamente único. Es por eso que en tiempos donde despierta su calor, el saiyan dentro de Goku no tardará en percibirlo. ¿Qué será de ellos?
Gé...
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Después de despertarse de una noche de sueño muy reparador, Vegeta se despertó con su pequeña niña moviéndose en su estómago. Él sonríe y se acaricia el estómago. No podía creer que ya casi estaba aquí, El Príncipe de todos los Saiyajin no creía aún después de estos meses lo feliz que estaba. Aunque también había miedo en su interior. Hubo momentos en los que sabía que todo iba a estar bien, que Kakarotto y él lo superarían. Pero hubo momentos, como ahora, en los que cuestionó si era una buena idea quedarse con el bebé. No tenía ni idea de cómo criar a un niño Saiyajin. Ninguno de ellos estuvo realmente allí cuando sus hijos estaban creciendo, y la parte por la que Vegeta no pudo vivir eso, la odiaba con una pasión feroz. Los niños, además mientras crecían, eran idiotas y sabían cómo manipular para conseguir lo que querían. Vegeta no estaba seguro de estar listo para eso.
El Príncipe sintió que los brazos de su pareja lo envolvían con más fuerza. Se relajó con su toque y suspiró. —Estás despierto, ¿no? —pregunta mientras pasa su mano por el brazo de su compañero.
Goku asiente y besa su mejilla. —No podía dormir con toda la preocupación que estabas emitiendo... ¿Qué pasa? —pregunta mientras empieza a ronronear contra él, no quería que se enfadara.
Vegeta suspira y se acurruca cerca de su pareja y trata de relajarse, le ayudó cuando comenzó a emitir esos agradables sonidos. —Solo... me preocupa que seamos padres... Sé que hemos sido padres antes, pero esto es diferente. Este es nuestro hijo. Nuestro hijo Saiyajin de pura sangre... —dice Vegeta en voz baja mientras cierra los ojos. Cuando sintió a su compañero acurrucarse en su cuello, todos sus músculos se volvieron gelatina. Sonrió y se estiró hacia atrás para acariciar lentamente el cabello de Goku.
Goku sonrió contra el cuello de Vegeta y lo besó suavemente, contento de haber podido ayudarlo a relajarse. —Sé que tienes miedo, Vegeta... Yo también, pero no podemos dejar que ese miedo se apodere de ti porque entonces no llegaremos a ningún lado, además es un poco tarde para no tener a la bebé ahora— dice riéndose mientras se acerca y acaricia su estómago. Podía sentir a su pequeña retorciéndose.
Vegeta sonríe un poco y toma unas cuantas respiraciones profundas antes de girarse y besar a Kakarotto en la mejilla. Se sintió mucho mejor una vez que su compañero se despertó, se giró en sus brazos para quedar frente a él. Vegeta le da un beso largo y lento antes de alejarse y acariciar su mejilla. —Ve a llamar a los chicos... quiero pasar tiempo con ellos mientras estemos aquí —sugiere con un tono suave.
Goku asintió y sonrió a su compañero antes de levantarse de la cama y vestirse. Vuelve a mirar a su compañero y sonríe suavemente. Le lanza un beso antes de irse a buscar el teléfono.
Vegeta niega con la cabeza y sonríe. A veces podía ser tan tonto... En realidad... Eso era todo el tiempo. Lentamente se levanta de la cama y va a su armario, por mucho que amaba sus trajes de entrenamiento, sabía que estaban empezando a rasgarse cada vez que intentaba ponérselos alrededor de la barriga. Busca algo en el armario que no sea naranja. Estaba pasando por un momento difícil, cuando estaba a punto de darse por vencido, ve un gi negro y rojo en la parte posterior del armario. En él estaba el escudo real de Saiyan y una pequeña nota. Lo saca del armario y saca la nota de él.
