Creo que voy a vomitar.
No es un vómito verbal como los que yo acostumbro cuando estoy nerviosa. Es un vómito real, de esos que tienes que apretar el estómago para evitar que algo salga de tu boca. Digo, nadie vomita cuando negocia un contrato ¿o sí? Y ni siquiera soy yo que lo está haciendo. Tal vez es eso, que necesitaba hacerlo yo.
¡Bah! ¿A quién engaño? Yo hubiese aceptado el empleo con el salario de porquería. En mi defensa, Lisseth me pagaba mucho menos, e incluso, si Mónica me hubiese conocido mejor se hubiera inventado un problema familiar en el que, prácticamente, quedaba casi en bancarrota para pagarme mucho menos y yo hubiera aceptado. Sí, así como lo hizo Lisseth y que, por supuesto, me indigna.
Digo, era yo la que estaba a cargo del bendito programa, además le daba publicidad gratuita a su radio en mis redes sociales, me quedaba más tiempo del necesario si ella me lo pedía y, de paso, era su asistente personal. Aunque eso no se le dije a Gabriel, ya estoy lo suficientemente cabreada después de que me di cuenta que le está pagando mucho mejor a la vulpécula y estoy segura que ella no tiene que encargarse de Lisseth cuando se emborracha.
Me tomo otro sorbo de mi bebida porque me está comenzando a doler la cabeza, de pronto como que está haciendo calor ¡Uf! Madre mía. Tal vez solo debí tomarme el trago de whisky y no pedir el café moca con extra de espresso. Tal vez no debí tomar whisky en lo absoluto, pero aquí estoy, media borracha y llena de cafeína ―menuda combinación― con la cara de perra empoderada como me dijo Gabriel. Obvio que no dijo esas palabras exactamente, pero lo estoy traduciendo a idioma sencillo.
―Esas son nuestras condiciones, si no... no hay trato. ―Me quedo sin respiración cuando lo escucho, de pronto hasta el top que llevo siento que me está apretando y cortándome el flujo de aire correcto a los pulmones. Miro a Gabriel de reojo al mismo tiempo que pongo mi mano sobre su pierna como un llamado de atención, porque eso no era lo que habíamos hablado ayer.
El hombre araña pone su mano encima de la mía y le da un suave apretón, además entrelaza delicadamente sus dedos con los míos de una forma cariñosa y cortés, de esas que te provocan un escalofrío sobre la columna vertebral, pero tengo que mantener la cordura porque Mónica está aquí y mira los papeles para después darme un vistazo a mí.
Tomo otro sorbo de mi café cuando ella le habla a su abogado. Le dice algo al oído que, aunque intento, no logro escuchar absolutamente nada. Y, que conste, que me estoy portando como la desinteresada aquí. Su abogado le está dando un vistazo a los papeles que Gabriel le había entregado y entonces le responde al oído a Mónica. La mujer, quien tiene sus dedos entrelazados a la altura de su barbilla, asiente y me mira a mí otra vez.
―Acepto. ―Dice. Mónica es una mujer elegante, distinguida, chic. Con el cabello negro y trenzado, de tez morena y preciosa; una mujer que, según google, también es activista, escritora y... Un momento... ¿Acaso dijo que acepta? ¿Dijo que acepta? Su abogado le tiende una pluma y comienza a firmar donde le corresponde. Le doy un vistazo a Gabriel quién mantiene el porte solemne y después a mi mano debajo de la suya... que... maldita sea, tengo que quitarla porque ahora me toca firmar a mí. Quisiera disfrutar esto más tiempo, porque sé que es muy probable que no vuelva a repetirse... carajo... ―Bueno, para mí es todo un placer trabajar juntas, Luna.
Se pone de pie y me extiende su mano. Me siento como una perra traidora cuando tomo sus dedos largos, finos y bien cuidados, pero Lisseth no pensó en mí cuando me echó dejándole mi espacio a la vulpécula. Le sonrío a Mónica cuando esta se despide de ambos y su abogado le da un apretón de manos a Gabriel. Los observo alejarse, subirse al coche y después desaparecer de mi vista cuando me vuelvo a Gabriel:
―¿Todos ustedes los abogados se conocen? ―Él acomoda la silla en la que estaba junto a mí y la ubica al lado derecho de la mesa, se sienta cuando yo estoy volviendo a mi sitio. Ya el café no es necesario, pero ahora siento la necesidad de acabármelo.
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Se busca novia © (Disponible en Amazon 🌸Digital, Papel y Kindle Ilimitado🌸)
Romance♥ DISPONIBLE EN PAPEL, DIGITAL Y KINDLE ILIMITADO ♥ Luna Rodríguez es una aspirante a actriz que trabaja como locutora en uno de los programas de radio menos escuchados del país. Después de descubrir que su novio le fue infiel con su mejor amiga, su...