Capítulo 22

57.6K 7K 4.4K
                                    


Gabriel


No sé qué es peor.

Si tener que ver todo el día a Cristal en la corte, si recibir un mensaje de Roberto sobre un asunto importante que dice tiene que ver conmigo, o si tener a mi madre pidiéndome unos minutos de mi tiempo para charlar sobre una cosa sumamente crucial.

Así tal cual.

La verdad es que, con una familia como esta, hay que estar preparado para todo. Mucho peor si tomamos en cuenta ese asunto «sumamente crucial» del que habla mi madre; aunque, por experiencia propia, para mi madre cualquier cosa puede ser un asunto sumamente crucial así que puedo respirar tranquilo. Por si acaso le pregunté a Elías ya que es él quien maneja todos los secretos de esa casa, pero su respuesta nada más fue:

De: Elías

¡Coño! Son las seis de la mañana, Gabriel.

Despiértame a las once al menos.

Para: Elías

Te dije que no te quedaras viendo porno, pendejo.

De: Elías

Yo NO miro porno.

Oye ¿sabes qué es la coprofilia?

Incluso busqué el significado de la palabra y después me arrepentí.

Maldito Elías.

En fin, volviendo al tema, vayamos por partes: Conocí a Cristal mucho tiempo antes de comenzar una relación con ella, en mis tiempos de universidad, después de incluso tomar una especialización juntos y siempre, desde el primer día que la vi por primera vez, yo la había guardado en mi mente como una persona profesional, cien por ciento entregada a sus objetivos e incapaz de decir frente a un juez:

―Si el abogado también se acuesta con una menor, por supuesto que va a defender el adulterio que cometió su cliente. ―Cualquier persona en aquel salón hubiera notado que aquello era algo personal, ni siquiera el caso tenía relación alguna y estábamos aquí trabajando, no discutiendo mi vida sexual en la corte. ―No, mi cliente no va a abandonar este caso, Gabriel.

―Pues yo espero que no lo abandone. ―Aceptar el trato que ofrecí al principio era lo más fácil, pero ella prefirió llevarlo hasta ahí. Es más, ahora prefiero que continúe, porque será algo placentero ganarle esa demanda. ―El padre de tu cliente tenía prohibido tomar alcohol después de su cirugía y adivina qué fue lo primero que hizo.

―Eso no puedes probarlo.

―¿Estás segura? ―Saqué de mis documentos una fotografía de su cliente con el hombre fallecido y se la mostré. Ni siquiera voy a describir el gesto de Cristal, pero miró a su cliente, después a la fotografía y me la devolvió alegando que la foto pudo ser manipulada. ―Pues está en el perfil de Facebook de tu cliente, es increíble lo que uno se encuentra en redes sociales. Por cierto, mira la fecha nada más.

También le agregué que tenía más pruebas por si acaso ella desaparecía la foto de su perfil de Facebook. Algunas veces Elías puede ser de suma importancia en mi vida, aunque eso no lo mencioné, claro está. Ni se lo dije a él tampoco.

―Pues, pudo ser un sorbo nada más, eso no está contraindicado.

―Eso tú no puedes probarlo. Esto es negligencia contributaria. Sabes que tu camino más fácil era ese trato, pero acabamos de retirarlo y sabes qué es lo que va a pasar una vez que esto acabe. Tu único argumento es que yo defiendo a mi cliente porque me acuesto con una mujer más joven, que ya es legal, por si acaso. ―Mejor aclarar ¿no? Va, ya me sentía en un juicio simulado de los que hacíamos en primer año.

Se busca novia © (Disponible en Amazon 🌸Digital, Papel y Kindle Ilimitado🌸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora