Capítulo 1

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Luna.

Miro al sujeto vestido del hombre araña frente a mí, él ladea su cabeza y de inmediato tira de la silla y toma el lugar al otro lado, lo hace tan rápido que me toma por sorpresa y doy un salto en mi lugar con el corazón latiéndome a mil. Comienzo a hacer memoria y no me acuerdo si ya gasté mi gas pimienta, mierda. Estoy a punto de gritar, tomo mi bolso y lo sostengo con fuerza para salir corriendo, pero entonces escucho la voz del tipo:

—¿Tú eres Luna? —Él me mira expectante y yo nada más puedo asentir, después me arrepiento porque estoy brindando información mía a un tipo con una máscara. Hago un gesto rápido de negación y después vuelvo a decir que sí. —Genial... —Aunque duda por lo que acabo de hacer. —¿Sí eres Luna o no? —Vuelvo a hacer un gesto indicándole un sí. Él suelta un suspiro. Después se lleva el teléfono a la oreja y lo escucho decir: —Sí, es ella. —Me mira... o eso creo. Después parece observar el vaso con agua sobre la mesa y continúa: —Sí, es correcto. —Vuelve a levantar la cabeza y dice: —No, no tiene cara de loca, pero he conocido locas que no lo parecen.

Me indigno. Voy a protestar, pero entonces él suelta una carcajada que suena ahogada por esa bendita máscara. Me provoca arrancarle la cabeza... bueno... no a él... me refiero al traje... arrancarle la cabeza al traje para saber quién es o tal vez no es mala idea arrancársela a él, si a un caso pudiera...

«¡Diablos! ¡Luna deja de pensar tonterías y concéntrate!»

Pero no me cuesta mucho, porque es en ese instante que el sujeto se quita la máscara dejando frente a mí a un tipo con los ojos claros, mandíbulas resaltadas, labios perfectos y un atractivo mentón cubierto con una barba muy bien arreglada. Santo Cielo. Sigue hablando por teléfono, se está acomodando el cabello que es de color castaño, no un castaño tan oscuro como el mío, el cabello de él tiene unas tonalidades más claras que, con el reflejo de la luz, se ven casi rubias.

El tipo que tengo en frente no me mira a mí, está concentrado en el mantel blanco de la mesa, menciona algo parecido a un «ajá» y otros tres más seguidos de ese, se despide, deja el celular sobre la mesa y ahora sí levanta los ojos en mi dirección con una sonrisa.

Santo escarabajo.

Es que a ver, hasta la sonrisa tiene perfecta.

—Genial, yo soy Gabriel.

Joder, ¿este es...?

De acuerdo, alto ahí, creí que el sujeto Gabriel era... no sé cómo describirlo... bueno, usaba un traje, uno al estilo JigSaw que lo hacía ver como un psicópata, lo recuerdo atractivo, pero debo admitir que el tipo con traje de mallas ajustado al cuerpo que tengo en frente está mucho mejor, con todo ese cabello desordenado y esa sonrisa encantadora.

Oh por Dios, esto va a ser difícil.

—¿Tú eres Gabriel? —Las palabras apenas logran salir de mi boca y él esboza de nuevo una sonrisa. Me aclaro la garganta cuando me doy cuenta que me he quedado viéndolo más tiempo del necesario y me acomodo mejor dejando libre mi bolso que contiene las poquísimas pertenencias de maquillaje que todavía poseo. Todo mi maquillaje TODO se lo había quedado la perra que solía ser mejor amiga; pero ese es otro tema aparte que no pienso tocar ahora porque terminaré convirtiéndome en Hulk.

Me remuevo en mi sitio un tanto incómoda y pregunto una vez más:

—¿El mismo Gabriel del sitio de citas? —De acuerdo, sí, ya había entendido que es el mismo sujeto que conocí a través de ese dichoso sitio de citas, también ya me quedaba en claro que el tipo está bien bueno y que, además, no tiene cara de lunático —y esos son los peores— solo quiero estar segura, eso no está mal ¿no?

Se busca novia © (Disponible en Amazon 🌸Digital, Papel y Kindle Ilimitado🌸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora