21. (Borrador)

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Con un suspiro de desesperanza (Tn) miró su reflejo en el espejo.

—Anda, sonríe. —se dijo así misma mientras pensaba todo lo que haría de ahora en más.

Habían pasado dos semanas ya desde que había sido obligada a volver a Arabasta. No sabía nada de sus amigas, tampoco de Katakuri, y Crocodile no había querido verla ni una sola vez en todo ese tiempo.

Se visitó elegante y sexi... con un vestido color negro de escote profundo en los pechos y una abertura en la pierna izquierda que fácilmente le llegaba a la cadera.
Sus tacones altos eran adornados con piedrecitas brillantes que le iban perfecto con su vestido. Se había dejado suelta su larga y lacia melena, y usaba maquillaje discreto, todo tal cuál le gustaba a Crocodile.

—Estás lista. —musitó con una ligera sensación de querer llorar.

«¿Qué estará haciendo Katakuri?» Sacudió su cabeza y se propuso no pensar más.

Caminó hacia el despacho de su dueño, entró sin siquiera tocar, y los hombres reunidos ahí se voltearon a ver unos con otros.

—Estamos en medio de una reunión, Señorita Sol. —dijo Mr.1.

Crocodile guardó silencio y la miró de pies a cabeza. Ella caminó directamente hacia él, e ignoró el resto de personas que habían en la sala.

—Déjennos. —ordenó Crocodile, seguidamente todos salieron del lugar dejando la pareja a solas—. ¿Qué quieres (Tn)? —le preguntó con un frío tono de voz.

«Me ha tratado distinto desde que supo que estuve con Katakuri»

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«Me ha tratado distinto desde que supo que estuve con Katakuri». Pensó (Tn), sin embargo no respondió a la pregunta y se sentó sobre el escritorio frente a Crocodile, mientras que él permaneció sentado en su sillón reclinable.

—¿Dónde están Vivi y Robin? —fue lo primero que preguntó. Crocodile la miró fijamente y le sonrió de manera malévola.

—Creo que accidentalmente las maté. —dijo como si nada. (Tn) puso su pie derecho en el pecho del moreno e hizo presión con el tacón, le regaló una sonrisa soberbia y no respondió con palabras ante la provocación que él hizo. —Presiona fuerte y mátame. —le retó Crocodile. Ella se echó hacia atrás, apoyada sobre sus manos, suspiró levemente y lo miró de manera penetrante.

—No soy una asesina como tú Crocodile. —se recostó y tiró todo lo que había a su alrededor en el escritorio. El moreno tenía una batalla entre sus pensamientos salvajes al verla actuar de esa manera y su corazón herido. Ya que su mujer, la única que él había amado en la vida, había sido de otro y no podía soportarlo. A pesar de que era consciente de que no había sido un hombre fiel ni perfecto, y que había arruinado todo con ella, básicamente desde el inicio... él la amaba con locura.

«¿A qué juega?»

—¿Qué pasa Crocodile? ¿Sólo te gusta tomar las cosas a la fuerza? —tentó su suerte. Ella estaba decidida a jugar su papel, pero en una nueva faceta que debió haber despertado hacía ya mucho. Se sentó y notó que él no parecía estar de humor para tener sexo—. Bueno... supongo que tendré que bajar al casino para buscar la diversión que tú me niegas. —iba a levantarse del escritorio pero él la detuvo.

Dulce tentación  ━━ [Finalizado]《3》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora