2. El veneno

710 60 1
                                    

Los escorpiones nunca probamos nuestro aguijón, no podría atravesar una coraza tan dura y aunque lo hiciera somos inmunes, es la ventaja de nacer con el veneno dentro.
Pero había un veneno al que no era inmune, el de Macarena. Una vez que su aguijón me atravesaba me convertía débil, y no me podía permitir perder el control.
Si Macarena lo supiese, lo utilizaría para doblegarme, pero no soy de las que sigue órdenes, más bien la que las dicta.
-Zulema...¿Estás de coñá?
-Joder rubia, es solo follar -Dije cansada de que Maca se haga la desentendida.
Me levante de la cama y me apetecía fumar, cuando quise avanzar Maca me detuvo del brazo, se paró y me pegó a ella
-No te me escapas escorpión
-Si quieres evitar el ataque de un escorpión, no te acerques.
-Ya, pero los escorpiones no atacan a los suyos
-¿Tu eres de las mías?
-No lo se, tu dime- Se acercó más a mi, casi rosaban nuestros labios, traté de alejarme un poco pero no me dejó
-No eres de las mías, tu eres mía.
Agarre a Maca del cuello, la gire y me pegue a su espalda, luego deje pequeños besos sobre su cuello, la rubia gemía sin que yo hubiese empezado a hacer nada
-Ves que no lo hago mal rubia-susurre a su oído lo que provocó una risa pícara en ella
-Si tengo que decirte que eres torpe para que me folles de nuevo podrías haberme avisado ¿no?
Su veneno estuvo a punto de afectarme cuando se pegó a mis labios, pero esta vez decidí yo que me picase, no me resistí y bese sus labios suavemente, nos fundimos en la boca de la otra, el sabor a fresa de sus labios era el veneno más delicioso que he probado, cuando nos separamos por falta de aire baje mis besos hasta su cuello.
-Te quiero- soltó entre gemidos, lo suficiente para destrozarme por dentro. Quizás no lo sentía y solo lo dijo por el calentón pero me afectó. Trate de hacer que no me di cuenta y la empujé sobre la cama, ambas nos fuimos quitando la ropa mientras nos dábamos intensos besos.
Al tenerla completamente desnuda frente a mis ojos, empecé a bajar lentamente dejando pequeños besos en el recorrido hasta llegar a su intimidad.
Empecé a hacer pequeños círculos con mi lengua e introduje un dedo, a lo cual soltó un gran gemido
-Jo...der Zulema- estaba sonrojada
Los movimientos con la lengua los volví más intenso e introduje el segundo dedo rápidamente porque mientras más rápido lo hacía ella más gemía mi nombre.
Entre gemidos empecé a sentir como su interior se contraía, aumente un como más la intensidad hasta que la hice venirse. Subí nuevamente y la besé profundamente
-¿He sido torpe rubia?
-Has practicado bien Zulema pero ahora me toca
-¿Te toca de que? -Dije con cara de pocos amigos.
La rubia tapó mi boca con sus manos y empezó a besarme el cuello, bajo hasta mi vagina y empezó a lamerla mientras introdujo dos dedos, se notaba su experiencia, estaba a tan poco de hacerme correr
-Rubia-Dije entre gemidos hasta que acabe
-Ni te relajes que falta lo mejor- Maca me lanzó una miraba atrevida
La rubia se me lanzó a mi boca y dejaba pequeños besos sobre mis labios. Luego le di la vuelta para volver a tener el control, no me lo iba a arrebatar así de fácil.
Abrí sus piernas y hice que nuestras intimidades se rozaran, una sensación placentera mientras me movía entre sus piernas, la rubita estaba a punto de venirse.
-Espérame rubia- Dije con dificultad
Aumente más la intensidad y pudimos corrernos juntas.
-Joder, el mejor polvo que tuve en mi puta vida- Dije mientras me tiraba a su lado en la cama.
-Quien diría que el polvo que más he disfrutado fue contigo- Maca dejó un beso en mis labios y se acurrucó contra mi, su cabeza en mi cuello; sus labios me rozaban, sus  manos me rodeaban al igual que sus piernas, la acurruqué más contra mí y fue ahí cuando el sueño nos golpeó y nos dejó K.O

VenenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora