7. Caer a la realidad

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-¡Eres una hija de puta!- Dijo Goya al entrar a la habitación donde me encontraba con Katty
-¿Que pasa? ¿Te has encariñado con la novia?- Me pare frente a la gordi, no le tengo ni una pizca de miedo.
-Cepo me ha contado que tienen a Maca - Soltó y yo la empuje para tratar de salir de la habitación - Por eso se ha enfadado Ramala ¿no? Por qué tu no quieres hacer el intercambió.
-Gorda, este asunto te queda grande
-Me tienes hasta los cojones, Zule. Yo siempre he estado a tu lado pero ahora quieres que nos maten a todas porque tú ya estás muerta pero yo no me pienso morir contigo.
Sus palabras fueron como un baldazo de agua fría, estaba mandando al muere al amor de mi vida y dejándola sola.
Me marché a mi habitación y me acosté en la cama. De repente apareció de vuelta, yo, Zulema, vestida de amarillo frente a mi; esta puta alucinacion de vuelta.
-Menudo planazo ¿eh? Un helicóptero que no llega, un ejército de mexicanos que os van a matar. Te felicito- el alíen empezó a aplaudir, me senté sobre le filo de la cama y busqué mis pastillas para tomarlas y que se marchase de una puta vez. -¡Bravo! Si señor- Soltó una risa sarcástica- Lo que no entiendo es porque sigues viva, estás enferma, asúmelo. Eres patética.
Sus palabras colmaron mi paciencia, tire las pastillas y me abalancé sobre ella, dándole un golpe en la cara y luego una patada que la dejaría contra el espejo del cuarto.
-Yo te voy a matar a ti...
Le di varios golpes en la cara
-Pero tu vas a matar a Maca, su hijo, a Goya, Triana...
la tome de la camisa y la tire para uno de mis costados, eso hizo que chocase contra la cama y cayera al suelo como una bolsa de patatas. Una vez en el suelo comencé a darle patadas, cuando comenzó a sangrar y a reír decidí parar
-Ese es tu legado- Soltó y se puso de pie -Destruirlo todo, pero a mi no me vas a destruir. -Acomodó su ropa. -"Zuleima".
Lo dijo en arabé, como mi madre lo decía. En ese instante desapareció, supongo que la pastilla hizo efecto pero no me iba a ganar un puto cancer.
Inmediatamente ideé un plan que lleve a cabo minutos antes de contactar con Ramala para hacer el intercambio de Maca por Katty.

Estábamos en medio del desierto, donde me había citado el narco para realizar la transacción. Ahí estaba mi rubia, a su lado; en cambio yo a mi lado traía a Katty que aún seguía con el vestido de novia.
Miraba con determinación a Ramala, como se le ocurra hacer el gilipollas nos liamos a tiros
-Tira coño- Tome la iniciativa empujando a Katty para que llegase hasta donde su padre.
Acto seguido Ramala también insisto a Maca para que caminase y así lo hizo. Todo llevaba un mal rollo de cojones, ante cualquier movimiento debía estar prevenida y fue ahí cuando Ramala puso su mano sobre el arma que llevaba en la cintura y yo en forma de prevención también lo hice.
-No se si darte una hostia o darte las gracias. -Soltó Maca mientras llegaba a mi, inmediatamente la tome de la mano, corrimos hasta un coche de los narcos y nos largamos de ahí pero antes de salir se escuchó un disparo, Katty se había suicidado y Ramala gritó dándole orden a su sicarios de matarnos.

Mientras conducía hasta el hotel vinieron a mi los recuerdos de la noche buena
La rubia ya era importante para mi desde ese entonces, le di un regalo, un regalo de mierda a decir verdad pero a ella le encantó
-¿Zulema haciendo regalos?- Soltó al verme estirar la mano con el paquete -¿Esto que es? ¿Una bomba? O ¿Las cenizas de un familiar?
-Ábrelo coño.- Le ordene sin estirar más el tema.
Tomó el paquete y rompió su envoltorio, dejando así al descubierto la caja de una cámara polaroid la cual le hizo mucha ilusión.
La saco de su empaque y mientras la miraba, soltó
-¿Quieres que nos hagamos una foto?
-Si, pa' que recuerdes que éramos jóvenes, que estábamos buenas, que fuimos libres y que parte solo en parte, juntas nos sentimos menos solas.
-Bueno, pues vamos a hacernos una foto.
La rubia se colocó a mi lado abrazándome y una pequeña sonrisa se posó en mis labios
-Dale tu al botón. - Me ordenó.
Luego de la foto brindamos y demás, todo iba bien hasta que unos tíos aparecieron, uno agarro a la rubia y inmediatamente tres me rodearon a mi, ella golpeó y mató al primero con una roca, luego tomó la escopeta y fue bajando de a uno los que me rodeaban a mi, el último le suplico que no lo matase pero la subía le voló la cabeza.

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