—Chris, ¿este lugar está bien para ti? —Alzó la vista del brillo que tenían sus zapatos para mirar a su alrededor, observando con tranquilidad los inmensos árboles que decoraban el sitio; los arbustos; flores; e incluso, algunos animales pequeños como aves o ardillas.
Después del corto recorrido que dio con la mirada regresó la vista al frente. Vio, esta vez, al moverse un poco la cabeza, a tres personas diferentes; uno que estaba en la puerta del edificio esperándolos, y, los otros dos que estaban inmersos en un juego que llamó su atención.
No lo pensó demasiado al ver todo, sólo asintió como respuesta. El hombre mostró una sonrisa hacia a él, apretando su mano mientras avanzaban al frente, donde estaba uno de los señores. Había pensado que podría fruncir el ceño, mientras mantenía, en realidad, su rostro inexpresivo, por el ruido que podía escuchar. No disfrutaba del ruido de los golpes, gritos, patadas ni el aire siendo cortado por ello, mucho menos con su capacidad auditiva.
No le prestó verdadera atención a la conversación que tenía su padre con el hombre que era dueño del lugar, en cambio, fijó su vista en los otros dos señores, que mantenían un juego que pudo darse cuenta, era ajedrez. Las piezas blancas y negras desplazándose cada cierto tiempo, a veces largo, a veces corto, por el tablero.
No eran ancianos, a pesar de que uno de ellos tenía más pelitos blancos y grises que negros en su cabeza. El otro, en cambio, tenía un brillante cabello oscuro que estaba seguro había sido fijado con algo y una mirada pensativa mientras observaba el tablero como si fuera lo único que mereciera su atención. Le pareció curioso verlo sonreír cuando su oponente le dijo algo que a él no le causó gracia. Ni siquiera lo entendió por completo en ese momento.
—Eso es perfecto. Estoy seguro de que se adaptará con facilidad. —Miró a su padre, que tenía una sonrisa en su rostro mientras se agachaba a su altura para acariciar su cabeza y decirle unas palabras amables—. Vendremos después, para que Chris conozca mejor el lugar. —El pequeño volvió a desviar la mirada al juego, que le parecía más entretenido que los ruidos dentro del edificio.
Pensó, mientras esperaba que su padre terminara la conversación con el dueño, que si el hombre más joven quería ganar, debía de mover la torre en el siguiente movimiento, después la otra pieza, creando una estrategia en su cabeza. Entonces, entretenido en el juego, el sonido de unas hojas moverse y unas ramas cayendo al suelo captaron su atención.
Su vista fue hasta un gran árbol que podía ver de lejos, con grandes ramas capaces de soportar bastante peso en ellas. Sólo podía ver la copa, debido a que se ubicaba detrás de el edificio. Apretó un poco la mano de su padre, preguntándose si un árbol de manzanas podía ser así de gigante. No recordaba haber visto uno así.
Parpadeó varias veces cuando su padre comenzó a moverse, esperando que Chris le siguiera cuando jalo su mano con suavidad. Miró un momento el árbol cuando giró, después por sobre su hombro, y, no vio ninguna otra manzana. Antes de poder seguir pensando en ello, fue jalado de nuevo para que caminara.
Siguió a su padre con obediencia.
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Ahí estaban, de nuevo; en ese lugar que tenía demasiados ruidos que no le parecían agradables, y, en el que al parecer, estaría bastante tiempo. Paseó sus ojos por el lugar como la última vez, notando que esa vez los dos señores jugando ajedrez no estaban después de escanear todo lo que podía ver. Hizo una mueca poco perceptible con sus labios.
—¿Quieres ver los alrededores, Chris? —Miró al hombre, dueño del lugar donde instruían artes marciales. Desvió la mirada a su padre antes de responder, el cual dio un asentimiento de cabeza, y, después lo hizo el que tenía menor edad entre los tres.
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Cautivo [MinLix/LixKnow]
FanficCon las punzadas de dolor extendiéndose a través de su cuerpo con rapidez mientras era transportado, Lee Felix no sabe a donde se dirigen, por qué está ahí ni porque tiene múltiples heridas en su cuerpo cuando se despierta y se ve a sí mismo encerra...