Viviendo con el Omega ~*~ Yoonmin

Es su mundo entero

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El Omega salió de su habitación lo suficientemente entretenido abrochando los botones de su suéter blanco como para notar la sonrisita boba que  adornaba el pálido rostro de Yoongi. 

El Alfa Se sentía bien cada vez que veía a su Omega ahí, con él, con sus aromas combinados y sus Lobos amándose todos los días. Se sentía bien cada vez que abría los ojos por la mañana y sabía que Jimin se encontraba en la habitación de a lado, y que si él quería, tan sólo debía dar unos cuantos pasos para poder tenerlo entre sus brazos. Jimin, un Omega tan hermoso, tan perfecto, ahí frente a él, ¡es su pareja predestinada! Sea lo que sea que había hecho en su vida pasado debió haber sido muy bueno para que alguien como Jimin terminara siendo su Omega. Gracias Luna, o destino, o lo que sea que haga que tengas parejas predestinadas.

El Alfa dió los pasos que hacían diferencia entre él y su predestinado y el peliazul levantó su mirada. Sip, definitivamente estaba seguro, lo que hacía lucir aún más hermoso a su pequeño Omega, era la bufanda roja con cuadros negros que, aunque era del Alfa, Jimin se había adueñado de ella y casi nunca se quitaba. Yoongi le puso su gabardina negra a Jimin y comenzó a abotonarla ya que el frío cada día se hacía más presente. Cuando terminó, ambos chicos se sumergieron en los ojos del otro. Las mejillas del Alfa se sonrojaron cuando su Omega esbozó una sonrisa tan grande que incluso hizo que sus ojos se asemejaran a la ranura de una alcancía. Se veía tan adorable que le daban ganas de repartir besitos por todo su rostro y, sin intenciones de someter sus deseos, tomó entre sus manos ambas mejillas del pequeño Omega y con mucho cuidado besó cada una de ellas. Jimin, quien a pesar de estar un poco sorprendido por el acto un poco repentino, sólo cerró sus ojitos, disfrutando del acto de su Alfa. Después de besar las mejillas de su Omega, el castaño llevó sus delgados labios hacía los párpados cerrados de Jimin y besó cada uno, después bajó a su pequeña naricita de botón y dejó un nuevo beso en ella y por último, un suave beso en los suaves y esponjosos labios de Jimin. 

El Omega abrió sus ojos sorprendido, entonces el sonrojo de ambos se había acentuado. Ese había sido su primer beso, y para el ojimiel no sólo como pareja de Yoongi, si no como persona. Desde sus siete años, incluso hace tres meses atrás, Jimin jamás se habría permitido imaginar que su primer beso sería con su pareja predestinada y que sentiría su estómago de esta forma, y aunque era una sensación nueva, la de la calidez en su pecho y sus labios hormigueando, también sentía cómo su lobo se encontraba emocionado y completamente feliz. Ese beso se había sentido como lo único correcto y perfecto en el mundo.  

Por su lado, a pesar de no haber sido el primer beso de Yoongi, si que se había sentido como tal. Ese beso había hecho sentir a los que ya había compartido con otras personas antes como si fueran basura, escoria, como si no hubieran sido nada; y es que la perfección de una pareja predestinada es incluso más grande que la de la misma Luna. Sentía en su interior a su Alfa mover la cola de felicidad por el acto de amor y sentía una calidez en su cuerpo que no había sentido desde que ocurrió el incendio. En el momento en el que Yoongi tocó los labios de Jimin con los suyos supo que podría hacerse adicto a ellos. 

Jimin llevó sus manitas a las huesudas de Yoongi y entrelazó sus deditos; sin despegar la vista de los ojos de Yoongi, sonrió y el Alfa le devolvió la sonrisa y cuando un rayo muy estrepitoso se hizo sonar ambos chicos se abrazaron entre si por el miedo que había causado el tan repentino ruido. Después ambos comenzaron a reír por sus reacciones pero no se separaron del abrazo, no querían hacerlo. Jimin alzó la mirada para ver a su Alfa y Yoongi bajó la mirada para ver los ojos de su Omega, cada uno analizando los ojos del otro, dedicándose entre ellos un par de miradas completamente llenas de amor, ambos compartiendo esa promesa silenciosa de amor eterno y el departamento llenándose de la perfecta combinación de sus aromas juntos.