carta para dos.
( hinata hyūga )🍜
Sábado, siete de la mañana. El sonido que indicaba el final de su descanso la despertó. Normalmente, cualquier otro día se habría levantado rápidamente a hacer el desayuno para su familia, pero estaba realmente agotada. Se giró, aún en su cama, con la esperanza de encontrar a su marido allí. Su mano acarició el vacío y frío lado derecho, deseando tocar de verdad un cuerpo caliente y vivo, real. Llevaban más de una semana sin dormir juntos, era desesperante y doloroso. Le bastaba con dormir un rato con él allí, no pedía más, no hacía falta. Pero eso era demasiado para el Hokage.
Con la pereza aún incrustada en su cara y alma, se levantó, dispuesta a ir a la cocina. Como había previsto, sus hijos todavía dormían y, sinceramente, no quería despertarlos aún. Y no porque fueran escandalosos o no la dejasen hacer sus tareas, sino porque prefería estar sola. Además, eso era una ventaja para Boruto, así no tendría que hacer sus tareas de los fines de semana.
Sin más vueltas, llegó a la cocina, donde pasaba el cincuenta por ciento de su inválido tiempo. Tal vez un café y ya estaría mejor, pero no. Ese día realmente no tenía ganas de nada, no quería nada.
“Tal vez es por el mareo de ayer.”
No era por eso y hasta ella lo sabía. Eso solo tenía un duro y cruel nombre: soledad. A pesar de estar casi todo el día con sus dos hijos, o visitando a personas, se sentía sola, muy sola. Ya no era cuestión de culpa o no, nadie era culpable que ella se sintiera así. Simplemente, era, y nadie podía curarlo. Ni si quiera su marido podría comprender aquello.
El sabor amargo del café se apoderó de su boca, llenándola, al menos, de una sensación vívida. ¿Valía la pena despertarse tan temprano para sentirse así? No había respuesta. Nunca la tendría, no por ahora.—Mamá, ¿necesitas ayuda? —la dulce e inocente voz de su hija la sacó del fondo del vaso.
—Mamá no necesita ayuda, tranquila —respondió con una sonrisa, no quería preocuparla—. Vuelve a la cama, Himawari. Es muy temprano.
—Hm… —hizo caso a la orden y salió de allí.
Subió las escaleras hasta la habitación del mayor. Comprobó que seguía dormido, que definitivamente lo estaba, ya que sus ronquidos eran una clara prueba de que sobaba, y dejó una nota en su escritorio.
“Boruto, tengo que ir a comparar unas cosas para el desayuno. Dentro de un rato estaré en casa, así que cuida de tu hermana y no armes jaleo.
Con amor,
Mamá.”La nevera estaba llena, no faltaba nada, ni leche, ni huevos, ni zumo, ni queso. Pero, ¿cómo le explicaba a sus hijos que necesitaba salir un rato para olvidarse hasta de ella misma? Eran muy pequeños, no lo entenderían. Al menos eso era lo que ella pensaba.
El frescor de afuera rozaba su blanca piel, no se había puesto ningún abrigo, qué despistada. Pensó en volver a entrar y dejarse de tonterías, pero una mancha rosa a la lejanía llamo su atención. Cada vez enfocaba más, ¿acaso era…?—¿Sakura-san…?
—¡Hinata! —se acercó mucho más, quedando frente a frente, sorprendiendo a la oji-perla—. ¿Qué tal?
—B-Bien… ¿y tú, Sakura-san? —se limitó, no sabía qué más decir de todas formas, estaba avergonzada de a saber qué cosa.
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AURA: NARUTO ONE-SHOTS
Randomナルト疾風伝 ━ NARUTO SHIPPUDEN, one-shots. ( en ediciones ) ! ©FORGERZ's FANFICTION.