03. carne de cañón

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carne de cañón
( sakura haruno )

🍜


“La próxima vez… Gracias”

Aquellas simples palabras se habían clavado en sus oídos no podía creer que de verdad él le hubiese dicho eso. A paso lento, caminaba de vuelta con su maestro. Los había acompañado a la despedida por ser el Hokage, pero hasta ella sabía que no era por eso. De verdad no se fiaban de ninguno. Bueno, ahora daba igual, o tal vez sí. Él ya no estaba. Siempre se iba y la dejaba allí, sola.

La mano del mayor rodeó sus hombros con delicadeza, intentando apoyarla. Ella no respondió, solo se dejó acariciar. De cierta forma, necesitaba aquel gesto.

—No te preocupes, Sakura. Volverá.

Eso no era seguro, pero las buenas intenciones de este alejaron toda respuesta indebida. Solo trataba de hacerla sentir mejor, y casi lo lograba.

—Kakashi-sensei… Se lo agradezco mucho —dijo con una gran sonrisa, no estaba mintiendo.

—¿A mí? ¿Por qué?

—Porque siempre ha estado junto a mí, impidiendo que cayese. Gracias, de verdad —respondió con lágrimas en los ojos, todavía dolía y mucho.

A pesar de todos esos años y ella seguía tratándole de “usted”, era sencillamente increíble. No lo hacía por algún tipo de respeto especial, solo le salía así y punto. Incluso si él le pedía que tuteara, ella se negaba. Le impresionaba la suavidad con la que seguían hablando, después de todo lo que había pasado.

—Creo que eso se lo debes de agradecer a otra persona, yo solo hago lo que debo.

—¿Lo que debes? ¿Por obligación?

Eso había sonado mal, como si todo hubiese sido por obligación. Las cosas se mal interpretan cuando hablas con ese tono de aburrimiento en casi todas tus frases. Kakashi era muy difícil de entender a veces, no cualquiera era capaz de comprender a lo que se refería.

—No, por gusto. Yo siempre hago lo que debo por gusto —aclaró con una sonrisita debajo de su máscara, cerrando un ojo. Eso sonaba a sarcasmo puro y duro, dejando con la duda a Haruno. Al parecer el peli-plata percibió la mueca e intentó arreglarlo.

—Digo que… Cuidarte a ti y a los demás es mi deber, y con gusto lo cumplo —continuó, ahora era más entendible, carraspeó y quito su brazo de los hombros de su alumna, comenzaba a verse raro para miradas ajenas. Idiotas—. Bueno, tengo que irme.

—Sí… ¿Nos vemos luego? –susurró apenada, no quería separarse del Hatake tan pronto y menos aún con todos esos malos pensamientos que la comían por dentro. Estallaría en cualquier segundo.

—Claro. Y no hagas nada indebido, Sakura —de un salto desapareció, dejando una ligera neblina.

—Hm…

Esa frase dolió mucho en el interior de la menor. El Hokage la seguía viendo como una niña inmadura que solo pensaba con el corazón. Nunca más. Tenía muy claro que ya no podía salir corriendo a intentar detener a Sasuke. “No tenía nada que ver con ella” de todas formas. Además, tenía que plantar cabeza. ¿De verdad creían que seguía siendo la Sakura de hace cinco años? Decepcionante.

Anduvo sin rumbo fijo por las calles de su aldea, perdiéndose en sus pensamientos y recuerdos al pasar por algunos lugares conocidos. Ichiraku Ramen, la floristería de Ino, la tiendo de Dangos, la Academia… Nada de contacto, pasaba como cualquier otra persona normal deprimida en el mundo. ¿Qué más pedía? Nada, porque no tenía derecho. Muchas emociones parecidas al asco se apoderaban de ella en toda regla. No se gustaba como antes, ya no.

AURA: NARUTO ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora