Kendra:
Los días pasan llegando hasta el fin de semana, nada raro o nuevo a sucedido, todo está como siempre la indiferencia de Maximiliano, el buen humor de Louis y bueno yo que no he tenido la presencia de la voz que aún no encuentro de dónde proviene o de quién, he estado pensando que tal vez sea uno de nosotros ya que la telepatía no es algo humano.
Las brisas de viento hacen que mi cabello se desordene quedando en un caos, no es fácil mantener el cabello lacio en un solo lugar por eso normalmente cuando salgo me hago colas, pero la prisa que tenían todos en casa ni eso me dejaron hacer.
- Tienes un nido en la cabeza- dice Sean burlándose de mi apariencia.
- Gracias por notarlo, Sean.
- Ten- dice mamá dándome una cola.
- Gracias- digo agarrándola haciéndome la cola.
El olor a café recién hecho llega hasta mi olfato haciendo que mi estómago suene.
- Alguien tiene hambre- dice Sefora riendo.
- Por dicha veníamos a comer sino nos comería vivas- dice mi mamá burlándose junto a Sefora y no hace falta que los pequeños diablillos se rían.
- ¿A cuál cafetería vamos?- pregunto mirando el lugar, hay algunas casas, árboles altos, bellos jardines llenos de rosas y por solo ver un lugar tranquilo ya que no se escucha casi nada solo nuestros pasos.
- A la cafetería que nos recomendo un muchacho muy guapo por cierto- dice Sefora.
-¿Un muchacho?- pregunto confundida desde cuándo hablaban con personas desconocidas, ellas mismas me dijeron que no lo hiciera.
- Uno que vimos hace dos días haciendo las compras, era alto y delgado, estaba vestido de negro, de tez morena dorada con unos bellos ojos color miel y un espectácular cabello negro azabache- no sé porque se me vino a la mente Maximiliano.
- Suenas como una adolescente, mamá- dice Sean apenado.
- Aún sigo siendo joven, hijo- dice Sefora haciéndonos reír.
- Llegamos- dice mi mamá.
Es un lugar que a simple vista se ve antiguo con detalles que lo hacen resaltar como sus grandes ventanas y un rótulo con el nombre " Magic Coffee", un peculiar nombre.
Entramos al lugar donde aparecer no viene muchas personas, ya que solo hay como tres personas charlando animadamente.
- Bienvenidas- nos dice un señor que aparenta unos 60 años de edad.
- Gracias- le responde mi mamá educadamente.
- Maximiliano- llama el señor y ahí está él, él tonto que dice saber lo que soy acompañado de su sonrisa patética.
- Dígame, señor Harrison- le contesta Maximiliano.
- Llevalas a una mesa desocupada- como si el lugar estuviera lleno pienso pero no contesto.
- Deberías dejar de pensar así, Johnson- me susurra Maximiliano que esta a una poca distancia mía llevándonos a la mesa.
- Mira quién habla, desde cuándo tan educado.
- Te podría sorprender lo que puedo llegar a ser, Johnson- dice guiñando el ojo- Esta sería su mesa, ya viene alguien a tomar su cuenta.
Maximiliano se retira quedando mi familia que se sienta a la mesa muy emocionados al parecer ya que hace mucho no salíamos.
- Ese era el muchacho guapo que te comenté,Kendra- me dice Sefora, no sé de dónde saco lo guapo, yo solo lo veo como egocéntrico y raro tipo.
- Pésimos gustos - susurro sin que nadie me escuché.
Pasan los minutos cuando ya vienen a tomar nuestros pedidos y como no era de esperarse.
-Kendra- me dice una alegre Lío.
-Lío- sonrió de boca cerrada.
- Un gusto verte por acá.
- Lo mismo digo.
-¿Se conocen?- la curiosidad de mi mamá no tiene límite.
-Claro que si,señora- le responde Lío- Nos conocimos por un percance.
- Ohh, bueno soy la mamá de Kendra, Amanda Johnson- dice mi mamá tendiendo su mano.
- Lía Oldfield- dice tomando la mano de mi madre,¿Lía Oldfield? Ella es...
Mi madre pide lo que vamos a comer mientras yo solo me quedo viendo por la ventana, autos pasan, personas con sus mascotas salen a caminar, todo normal.
- No sabías que tenías una amiga, hija- dice mi mamá sacando de mi distracción.
- La conocí por un percance mamá, no la llamaría amiga.
- Hace mucho no hablas con nadie, no te haría mal tener amistades.
- Nosotros también conocimos a alguien- Interviene Noah.
-Aja- dice Sefora viendo a sus dos hijos- ¿Como se llamaba?
-Mark Ivanov- dice Sean.
Todo se torna incómodo, ellos no lo saben, nunca se lo dijimos por su bien, no debían saber que siempre nos han estado persiguiendo para atraparnos y volvernos experimentos de laboratorio.
-¿Hace cuánto hablaron con esa persona?- dice mi mamá con un tono de preocupación.
Ellos ya estaban aquí, y ya nos tenían un ojo encima sin que nosotros supieramos.
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"5856" ¡Huye!
General FictionEn cada parte del mundo vive alguien diferente a nosotros, personas que tal vez jugaron con la creación de la vida o solo simplemente fueron salvados. De cada 100% de la raza humana hay un 1% , que es la excepción hay es donde entran ellos los metah...