Capítulo I

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Siempre he creído que he sido diferente al resto, no sólo por mis rasgos físicos, sino por como actuó y lo que puedo hacer con las manos, algo que cada persona que me ve me juzga de monstruo, causa número uno que me pasan sacando de cada colegio que voy.

Desde la muerte de mi padre, toda nuestra vida ha cambiado hasta desde lo que nos rodea, las noticias de lo que soy y de lo que hizo mi padre se expandieron rápidamente haciendo que nuestra seguridad ya no fuera presente.

Tuvimos que huir junto con ellos, las personas que habían creado mi padre, unas que se tornaron como mi familia aunque no fueran del todo humanos, sus rasgos eran como lo de nosotros, solo unos pequeños detalles nos hacían diferente, pero eso no evitaría protegerlos.

Mi madre logro sacar adelante todo lo que pasó, eso sí tuvimos que cambiar de país, ya que se volvía peligroso vivir donde la CIA te busca, y a lo que mi madre me conto, me buscaban a mí.

Hoy voy a mi noveno colegio en el cuál pienso que tal vez todo cambie para bien, ahora mismo me encuentro ingiriendo el desayuno que mi madre preparo.

— Te deseo suerte — me dice Sefora la madre metahumana de mis dos mejores amigos Sean y Noah.

— Gracias — le contesto con una sonrisa de boca cerrada.

— Espero que no enciendes el colegio — me dice Sean que me dedica una mirada de diversión.

—No lo haré — digo sacándole la lengua.

—Tampoco crees un temblor — me dice Noah riendo por la mirada que le da mi madre.

— Dejen de atormentarla, diablillos — habla mi madre posando uno de sus manos en mi hombro.

— Descuida, madre — le empiezo a decir- Ya estoy acostumbrada que el par de dos se burlen de mis cualidades.

—Tan comprensible como siempre — dice Louis mi vecino y uno de los pocos humanos que no me tiene miedo.

A él lo conocí el primer día que llegue, ya que él se encontraba espiándome por la ventana de la habitación, como todo un pervertido, lo cual no lo es, dice que él vio algo diferente en mi cuando bajaba del auto, él es muy atento a los detalles y es muy capaz de percibir que reacción tendrás, es como un poder nada más que el sí es humano del todo, y además la marca en mi mano también me haría sospechar, es una marca que le ponen a cada uno de los metahumamos con su poder, el mío es una marca que representa a los cuatro elementos, agua, tierra, fuego y aire; tal vez un don o una maldición de por vida, es según como lo quieras ver.

— Buenos días, Louis — le dice mi madre a Louis tendiéndole un sándwich, mamá siempre lo alimenta como si fuera un hijo suyo

— Gracias, señora Johnson — dice tomando el sándwich con la peculiar sonrisa que emboba a la mayoría de estudiantes de Galbrich High school a excepción de mí.

— Se cuidan —dice mamá dándome un beso en la mejilla como es de costumbre — Y tu señorita nada de problemas.

—Haré mi mayor esfuerzo, madre — digo sonriendo falsamente.

No es mi problema que mis estados de ánimo hagan que mis poderes se salgan de control, si me haces enojar muy probablemente me prenda en llamas, si estoy triste puede que empiece a llover, si me pongo muy feliz puede temblar y si estoy con todos juntos puedo provocar fuertes vientos a tal magnitud de crear un caos de desastres naturales. Un pésimo don diría yo.

— Corre que nos deja el bus —dice Louis corriendo hacia dónde el bus monta algunos estudiantes.

— Claro no te preocupes te alcanzó al rato — digo sarcásticamente antes de quedar atrás ya que el muy gran amigo se le olvidó que debo mantenerme lo más pacífica posible, así que nada de excesos de adrenalina.

Gracias al señor del bus que tuvo la paciencia de esperar no tuve que llegar tarde al primer día de clases al cuál no desearía llegar tarde.

Muchos estudiantes, es lo que te encuentras a la hora de entrar, unos hablando tranquilamente con sus amistades sobre sus vacaciones de verano, otros simplemente gastan su tiempo jugando algún tipo de juego o ligarse las de nuevo curso, típico de un colegio.

—¿Sabes que es lo bueno de ser nueva y ser cero conocida?— me pregunta Louis al chico que varias chicas se le quedan viendo susurrando sobre él.

— Sorpréndeme — digo pasando por medio de un grupo de profesores.

— Que puedes escribir tu propia historia &
— dice sonriendo.

Escribir mi propia historia" sería lo mejor empezar desde cero siendo una simple humana entre comillas, pero algo que siempre he sabido es que por más intentes ocultar tu paso con simple habladuría, termina saliendo a la luz junto con unos investigadores detrás de ti.

"5856" ¡Huye! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora