Desastre emocional.

Doce.

Perdí la cuenta de las veces que no me rendí. Las veces que estaba muriendo y decidí no hacerlo. Las veces que el dolor me hacia agonizar y lo tuve que soportar. Las veces que me sentí sola y nadie estuvo ahí. Y muchas otras veces. Debieron de ser miles de veces, pero hoy será la primera vez que me sentaré a observar como todos hacen lo que yo hice por años. Quiero ver cuanto más pueden seguir de pie. Y cuando caigan, aprenderán lo que yo, que es mejor esperar a que la vida te mate ella misma y no nadar contra la corriente.