Nazarick en Youjo Senki

Chispa

Dije qué el próximo capítulo tardaría bastante. Y claro que estaba hablando en serio...

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Federación Rusa.

- Entonces para por aquí. -

El camión empezó a frenar mientras se orillaba, acciónes qué repitieron el otro par detrás de este.

El soldado en el asiento del copiloto se baja del camión, escuchandose el sonido particular de sus botas al desplazarse sobre la nieve.

Dio 3 golpes sobre el contenedor seguido de un:

- Llegamos!. -

La puerta izquierda del contenedor se abrió desde dentro, de la cual salió un soldado qué se veía más joven.

- Urrrh... Maldito frío de mierda, ¿Dónde carajos estamos?!. -

- No se... En medio de la nada, a 3600 km de la capital, más o menos... ¿Tal vez?. - Contesto el copiloto sarcásticamente.

- ¿Pero tenían que elegir el peor momento para bajar?!. -

- ¿Crees qué un convoy militar puede adentrarse en el pueblo cómo si nada?!, Así que aguantese.

Se escuchó la puerta del camión cerrarse, y el conductor se incorporo al par qué discutía.

- Muy bien, ya vámonos. - El grupo del copiloto, conductor y novato, se separaron del resto, avanzando hacía donde creían estaba el pueblo.

A medida que avanzaban parecía que el velo de nieve se volvía cada vez más denso.

- ¡Estén atentos por si ven huellas!, ¡Podrían servirnos de guía!. - CN

- ... -

- ... -

- Uh?, ¡Creo que esa es la torre de la estación!. - N

- Entonces hay que movernos. - Los soldados aceleraron el paso.

- Parece que si está es la estación. -

La "estación" era solo un paradero, junto a los rieles, la última oficina de correos de ese lado del país, un lugar para qué los trenes se reabastecieran, y los tripulantes tuvieran un techo descansarán.

- No parece haber nadie aquí. -

- Tal vez se acaban de ir, voy a revisar adentro. - Conductor

Todo dentro de la caseta era normal, muchos papeles sobre la mesa, una taza de café vacía por allá.

Salió de la caseta

- Todo está en orden, seguro que... *Zitch*. -

Sin haber terminado la oración la cabeza del chófer cayó al suelo con un sonido húmedo, y su cuerpo; primero fue cómo si se arrodillara y luego cayó hacía adelante, tiñendo la fina capa de nieve, de un brillante carmesí.

Naturalmente los soldados gritarían, pero... No pudieron hacerlo.

- HUUUMM!!. - A ambos les habían tapado la boca.