EP 11

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Las tardes de invierno en la ciudad suelen ser frías y agitadas, las calles llenas de nieve y personas enfundadas en sus atuendos de invierno mientras caminan apresuradas de un lugar al otro, incluso durante las vacaciones de invierno la vida es a...

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Las tardes de invierno en la ciudad suelen ser frías y agitadas, las calles llenas de nieve y personas enfundadas en sus atuendos de invierno mientras caminan apresuradas de un lugar al otro, incluso durante las vacaciones de invierno la vida es activa en la capital. Sin embargo, en el pequeño apartamento número 27 de un viejo edificio, el clima invernal es remplazado por un ambiente cálido y acogedor.

Yeonjun ríe por algo que ha dicho uno de los personajes de esa serie americana que tanto le gusta (friends) y Soobin, aunque no logra entender bien, supone que ha hecho algún chiste bastante gracioso pues la audiencia dentro de la televisión ríe a la par del peligris, sin embargo la risa rasposa y enmudecida del mayor es mucho más cautivadora que cualquier otra, Soobin puede sentir la vibración del sonido a través de su cuerpo y sólo quiere acurrucarse más contra el cuerpo a su lado en busca de más de esa sensación tan agradable.

Unos brazos lo arropan y mantienen calentito mientras descansa sobre su nuevo lugar favorito para pasar el rato: el cuerpo de Yeonjun; su cabeza reposa sobre uno de los hombros del peligris y sus piernas permanecen enredadas sobre las de su hyung en una posición extrañamente cómoda, una de sus manos se encuentra jugando con los cabellos grisáceos de su nuca, mientras que a su vez la larga mano de Yeonjun se esconde bajo la tela del suéter negro (que ha tomado prestado del armario del mayor) y se posa en la base de la columna del azabache, trazando suavemente pequeños garabatos con la yemas de los dedos que le hacen soltar risitas ahogadas de vez en cuando, y tiene que esconder su rostro en el hueco entre el cuello y hombro de su hyung para disipar la timidez que le ataca cuando Yeonjun le acaricia la espalda desde la base hasta la punta con toda la intención de hacerle cosquillas.

El Choi mayor siente la risa de Soobin ahogarse contra su cuello y cuando esta se disuelve, es remplazada por su respiración rítmica y el cosquilleo de las pestañas rozando contra la piel sensible de ese escondite. El ambiente en la habitación es pacífico y silencioso por lo que no es extraño que ambos chicos comiencen a sentirse un poco somnolientos, sobre todo estando en los brazos del otro; Soobin aún se esconde en el cuello de Yeonjun y sus manos todavía juguetean con los mechones deslavados pero esta vez con menos entusiasmo. Por un momento Yeonjun cree que Soobin se ha quedado dormido ahí mismo y tan solo la idea le resulta terriblemente enternecedora, hace surgir una pregunta en su cabeza: ¿Cómo sería dormir juntos? Rápidamente ahuyenta el pensamiento, sintiéndose enrojecer ante la imagen mental de ellos dos en una misma cama y lo que eso conllevaría, pero no puede negar que definitivamente es algo que quiere hacer con Soobin.

Un escalofrío le recorre toda las vértebras y hace estremecerse sutilmente cuando siente los labios húmedos y tibios de Soobin presionarse con suavidad sobre la piel sonrojada y sensible de su cuello. El azabache levanta la cabeza y atrapa su mirada, sus ojos brillan con dulzura mientras se hacen más pequeños debido a la sonrisa de labios cerrados que le dedica con cariño simplemente para él, estirando su cuello y ladeando el rostro hacia Yeonjun como una silenciosa petición de uno de esos delicados besos que tanto disfruta.

El gato de la mala suerte | yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora