CAPITULO 29

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TRES MESES DESPUÉS.

Me moví inquieta en el asiento por quinta vez, el profesor seguía impartiendo su clase aun cuando ya tenía que haber culminado hace unos ocho minutos.

Eché un vistazo a mí alrededor, al parecer no era la única persona esperando con ansias esas 4 palabras "la clase ha terminado", mis compañeros lucían una cara de pocos amigos sobretodo porque ya un par de ellos le había hecho saber al profesor sobre el paso del tiempo establecido. Palabras que él había justificado diciendo que solo tardaría un par de minutos más. Mentira.

- Al parecer tenemos aquí para rato - la voz de Katy a mi lado me hizo volver la vista hacía ella

- La verdad siquiera le estoy prestando atención, solo quiero ir a almorzar de una buena vez –

Sus labios formaron una sonrisa amplia

- Comparto tu comentario, hoy han preparado pasta en el comedor así que estoy deseando que no se acabe antes de que salgamos de aquí

- Esperemos no tarde

Seguimos escuchando la voz gruesa del profesor Mendoza por unos minutos más. En cuanto cerró la tapa del plumón que sostenía entre sus manos, todos supimos que eso era todo.

- Bueno chicos, la clase ha terminado, lamento los minutos extras pero era necesario concluir con el tema hoy, así que ya pueden retirarse

En menos de lo esperado Katy y yo ya nos encontrábamos caminando por el pasillo tras despedirnos del profesor.

***

Luego de almorzar una rica pasta, nos acomodamos en el césped para descansar en lo que esperábamos nuestra próxima clase.

Katy se echó sobre el césped boca arriba al mismo tiempo que hablaba

- Anoche te vi conectada en el chat a las 2 de la mañana, que tal, como le está yendo a Paula

Termine de beber mi botella de agua para responderle

- Le va bien, le gusta estar impartiendo clases en esa Universidad, además está tomando un curso ahí así que para ajetreada con los horarios

- Si lo imagino, además que está en un país ajeno al suyo

- Si pues, pero en el transcurso de estos meses ya se ha adaptado, oye y tú ¿Qué hacías también conectada a esa hora?

- Haciendo el ensayo que tenemos que entregar hoy, ya sabes que la procrastinación está arraigada a mi ser

Reí ante su comentario y la forma dramática que empleo para decirlo

Katy se reincorporó, me miró seria

- Paula si enseñaba bien, a ella le entendía las clases. A la nueva profesora que nos han asignado no le entiendo literalmente nada, no sé cómo voy a aprobar los parciales que se acercan.

Era cierto. Estábamos llevando historia de la teoría sociológica II con la profesora Mónica Sáenz, una mujer que bordeaba según mis cálculos los 50 años de edad, la verdad no recordaba haberla visto antes por los espacios de la universidad, pero según algunos compañeros ya llevaba enseñando ahí como dos décadas. El punto era que su forma de enseñanza era algo confusa, ya que comenzaba hablando sobre un tema y al final de la clase terminábamos en la otra esquina de la historia con un tema totalmente ajeno.

- Hablando de la nueva profesora, tenemos que ir yendo al salón, su clase comenzará dentro de poco – comenté poniéndome pie

Mi amiga soltó un quejido mientras imitaba mi acto.

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