CAPITULO 42

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El insistente sonido de llamada del móvil me levantó. Observé de reojo el reloj que estaba en la mesita de noche... ¿A qué persona se le ocurría llamar en la madrugada?

Ni siquiera sabía dónde lo había dejado, pero cerca no estaba. Cerré los ojos nuevamente cuando dejó de sonar; no pasaron ni unos minutos más cuando volví a escuchar esa melodía que comenzaba a estresarme, me puse de pie a regañadientes y seguí el sonido, al parecer se encontraba en un cajón del clóset. Lo saqué rápidamente y contesté sin ver quién era, no quería que la llamada se perdiera otra vez.

- ¿Aló? – hablé rápidamente volviendo a la cama

- Daniela

Tenía que estar dormida aún, no podía ser quién pensaba.

Salí de mi trance, quité el móvil de mi oreja y observé la pantalla, el leer su nombre confirmé que no estaba mal. Era ella.

- ¿Estás ahí? – el susurro de su voz en medio del silencio de la habitación alteró mis emociones.

- Si, estoy aquí...

Ni siquiera sabía que decir, tenía todas las palabras desordenadas en mi cabeza.

- He vuelto a la casa, he notado que te has llevado tus cosas, ¿dónde estás quedándote?

¿Acaso esperaba que iba a estar esperándola cuando se dignará a volver?

- Estoy en un buen lugar... ¿tú dónde has estado?

- Quiero verte

Sabía que iba a evadirme la pregunta.

- Paula, son las tres de la mañana

- Lo sé, pero necesito verte

- Después de una semana... vaya pues gracias

- Daniela, sé lo que he hecho, pero tenemos que hablar y un teléfono no es el mejor medio para hacerlo

- ¿Dónde quieres que nos veamos?

- ¿En qué parte estás viviendo?

- Estoy en casa de Katy

- Puedo pasar a recogerte ahí y luego hablamos aquí en la casa, ¿te parece?

- Si, a las 8 de la mañana estaría bien

Nos despedimos de manera breve pues nos veríamos luego y finalizamos la llamada. Solo esperaba que Paula pudiera aclarar todas las dudas que tenía para poder entenderla.

***

Katy aún seguía durmiendo, ya que había llegado hace pocas horas a la casa, así que corté algo de fruta y lo dejé en el frigorífico para que cuando se levante solo se sirva.

Lavé rápidamente los utensilios del lavadero y fui a la habitación para alistarme, tenía pocos minutos antes de que Paula venga a recogerme.

No sé cuánto tiempo releí el mensaje que me mandó diez minutos antes de las 8 de la mañana. Al final no iba a poder venir, se le había presentado un asunto importante. Intenté marcarle luego de ello, pero traía el móvil apagado. Nuevamente.

Traté gran parte del día evitar pensar en ella, solo le comenté a Katy lo sucedido porque no quería ocultarle nada y luego tratamos de distraernos yendo a pasear al centro comercial para comprar algunas prendas con el dinero que tenía guardado, ya que hoy era mi primer día de trabajo.

***

La música sonaba por los altavoces a más no poder, para ser domingo el local estaba demasiado lleno, apenas se podía caminar bien. Antes de abrir, Will, el dueño del local, habló conmigo para darme la bienvenida al trabajo, me dio algunas recomendaciones, me explicó la modalidad de pago y los horarios de trabajo que iba a tener de ahora en adelante.

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