Todos en la vida le tememos a algo, ya sea lo más mínimo e insignificante detalle, pero siempre va haber algo ahí que a veces te pueda hasta quitar el sueño.
Yo le temo a algo, a perderla, el problema es que solo hay dos caminos: El primero, era alejarme de ella para no hacerla daño, pero la perdería; o quedarme con ella, lo cual causaría un grave problema, ya que el contacto entre las personas que amamos es inevitable, tanto así como el proprio aire que respiramos, por eso, si la toco si mantenemos el contacto físico mutuo, aumentaría la posibilidad de el riesgo a que se contagie, y nos lleva al mismo final, la perdería.
Al parecer ella no pensaba lo mismo y como le daba igual todo, vino a verme al hospital lo antes posible.
Cuando entró, lo único que hizo fue quedarse a mi lado cuidándome, pero manteniendo las distancias y más en las circunstancias en las que me encontraba.
Para que voy a mentir, me sentía mal, débil, como si hubiese vuelto al principio de la carrera antes de llegar a la meta, pero cuando estaba con Stella, ella me hacía sentir diferente. No me hacía sentir tan solo, por eso a veces solo trataba de aparentar una simple sonrisa para ella.
Mi madre, estaba preocupada, pero que puede decir de ello, siempre estaba igual, aunque a veces, cuando las cosas iban mal, intentaba aparentar que todo estaba bien, cuando no lo era y ya me conocía esa cara, la misma cara de siempre. Sabía que algo andaba mal, nada estaba funcionando.
Mi madre salió de la habitación para hablar con la enfermera. No tenían buena cara, ni buenas noticias.
Cuando entró mi madre me dijo:
- Cariño tenemos que hablar a solas- dijo severamente.
-¿ Y porque no se puede quedar Stella?- pregunté
-No pasa nada, espero a fuera- dijo Stella
Cuando Stella salió, mi madre soltó un suspiro profundo y me agarró de la mano. Tenía lágrimas en sus ojos, pero ella intentaba que no se notase. Y me dijo:
- Will.- dijo como si le costase.- te vas a tener que quedar en el hospital interno, no sabemos cuanto pero hasta que el tratamiento haga más efecto...
Estaba acostumbrado a que me dijeran eso, pero ya eran tantas veces que cada vez perdía más la esperanza de que me pudiese recuperar, o al menos llevar una vida medio normal.
Cuando mi madre salió de la habitación, Stella entró de inmediato y me dijo:
-¿ Y ?- dijo dulcemente-¿ Qué te han dicho?
Estaba destrozado, ya ni podía ofrecerle una sonrisa aparentando que todo estaba bien. No me preocupaba el hecho de que me quedase en el hospital interno, era el hecho de porque me quedaba.
- Emm...- se me hizo un nudo en la voz y las lágrimas se apoderaron de mi.
Rápidamente, Stella vino a darme un abrazo, ¿se arriesgaba?, sí, pero en eso momento necesitaba consuelo.
-No te preocupes, sabes que pase lo que pase, siempre estaré aquí contigo, te prometo que no me alejaré ni un segundo de ti- dijo
Después,le conté todo lo que sucedía y la poca esperanza que me quedaba.
Ella solo escuchaba e intentaba animarme dándome opciones positivas sobre todo lo que me está pasando.
En esos momentos malos es cuando decides que personas son las que decides que estén tu vida y las que decides echar de ella. Yo ya tenía claro a cual no quería echar. Cometí un error la primera vez, no voy a desaprovechar la segunda oportunidad que me da el destino para estar con ella.
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A DOS METROS DE TI: Quererte sin condiciones
RomanceDespués de ocho meses, Will y Stella se reencuentran, y sus corazones se vuelven a encender como el primer día que cruzaron sus miradas. Aunque Stella está bien, Will sigue igual, ¿Qué pasará entre ellos? ¿ Habrán cambiado las cosas? ¿ Qué pasará co...